Lo que inició como un romance entre dos docentes, terminó en el más trágico final como de una película de terror. Esto fue lo que sucedió con Roberto Moreno Grajales y Diosila Martínez Villarreal, profesores del colegio secundario de Puerto Armuelles en Barú, Chiriquí de las asignaturas de matemáticas y educación física respectivamente.
Fue en 2016 cuando estos educadores iniciaron una relación extramarital que poco a poco se volvió tóxica y enfermiza según narró Fátima Otero hija de Diosila quien reconoció que su madre para el mes de octubre había decidido abandonar al hombre que se mostraba celoso, machista y controlador.
Sin embargo, la insistencia de este al ver perdido ese amor, lo llevó al más bajo sentimiento que probablemente le permitió contemplar fríamente como hacer valer el pensamiento “si no es mía, no va a ser para nadie” tal como lo demostró con el vil hecho de sangre donde le arrebató la vida a la fémina.
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Un paseo fatal
Después de varias llamadas previas y constantes, Diosila salió el 11 de noviembre de 2016 acompañada de su hija de 2 años AIMM, con la intención de acabar por lo sano la intensa y tóxica relación, esto se lo comunicó a su hermana Itzaliris quien quiso evitar el encuentro, pero la mujer estaba resuelta en su decisión.
Una cámara de videovigilancia captó el momento en que Roberto recoge en su carro a Diosila y la bebé para dar un “paseo” sin que la mujer supiera que no regresaría más pues transcurrida las horas ella dejó de reportarse mientras su pequeña para la madrugada del 12 de noviembre apareció sola y abandonada en la vía que conduce a Divalá en Alanje.
Elementos delatan a Moreno
Maritza Grajales prima de Roberto recordó como este fue hasta su casa a pedir una pala, una gualdrapa y una silla de montar caballo y al cabo de una hora regresó mojado, algo sucio y con la herramienta llena de tierra negra, lo que le llevó a decir que eso se debía a que tuvo que sacar a una ternera enterrada.
Las horas para la familia de Diosila se volvieron vitales, pues sus experimentados hermanos que laboran para entidades de seguridad del país notaron que la desaparición de Diosila no era algo casual, se trataba de un hecho causado, por lo que emprendieron la búsqueda y rastreo en varios puntos, lo que les tomó semanas para ubicarla.
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Frente al poco importa de Roberto quien se convirtió en el primer sospechoso, Enoc y Jhony junto a otro grupo de personas acudieron a verificar varias fincas pero no fue hasta 25 días después que en un terreno localizado en Santa Cruz de Renacimiento y que casualmente era propiedad de Deysi Grajales madre de la ex pareja que se ubicaron los primeros indicios.
Atada de una soga azul en sus pies, enterrada directamente, de cubito, dorsal y extendido fue hallado el 5 de diciembre el cuerpo putrefacto de la educadora, quien fue sometida a humillaciones, posiblemente se le corto el cabello, además había presencia de traumas contundentes en el lado derecho de su rostro y lesiones con arma punzo cortante en su costilla séptima y octava.
Mair Sitton, antropólogo que participó de las diligencias de exhumación del cuerpo recordó que “la mujer de Santa Cruz” tenía signos de tortura, su brazo izquierdo nunca apareció, la caja torácica estuvo expuesta, se analizaron 47 huesos recalcó que los criminales tienden a ser desordenados y no fue la excepción además evidenció violencia de género, apropiación, desprecio, sexismo, control, placer sexual, misoginia entre otras.
Acotó que el cuerpo fue cubierto con helechos, comportamiento que demuestra un mensaje disciplinador a la mujer pero también un sentimiento de culpa y remordimiento después de ocurrido el crimen.
Mientras todo eso ocurría, Roberto había logrado salir del país y aunque en una primera oportunidad se le practicó un allanamiento, el individuo con facilidad se evadió de la justicia instalándose en el hermano país de Costa Rica, donde según el testimonio de su madre tenía amistades por los estudios que realizó.
Fría y contundente Deysi Grajales, su madre también declaró que nunca supo el paradero de su único hijo a quien siempre dejó ver como alguien inocente que vivía para apoyarla a ella y a su familia; sin embargo, reconoció que lo acompañó hasta la entrada de Jacú, se despidió de él, pero nunca más lo vio.
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No llegó muy lejos
Pasado un año y cuatro meses, Roberto fue encontrado en Puerto Jiménez, Costa Rica, desde allí inició el largo camino hasta ser hallado culpable el pasado lunes 24 de junio cuando el Tribunal de Juicio encontró elementos convincentes de la fiscalía y contradictorios por parte de la defensa, lo que sepultó la pregonada inocencia que su madre trataba de proyectar sobre la personalidad de su hijo.
Con una mirada fría, aparente calma y sin precipitaciones, Roberto recibió el veredicto esperando ahora la fecha en la que se emita los años de cárcel que purgará producto de un amor posesivo que lo llevó a él a la cárcel y a Diosila a un final fatal.
Con información de Zoila Chávez | Mi Diario