El solo hecho de invitar al pueblo a la misa a través de altavoces le costó la vida al padre de origen holandés Nicolás Van Kleef, hecho ocurrido el domingo 7 de mayo de 1989, en la comunidad de Santa Marta, en Bugaba, provincia de Chiriquí.
La muerte del padre Van Kleef tal vez no sea tan mediática ni conocida como la del sacerdote Héctor Gallego, pero también es un mártir de la Iglesia católica.
Hay que señalar que la Iglesia católica tenía un combate más abierto contra la dictadura a raíz de la muerte del sacerdote Gallego en 1971.
Van Kleef estaba paralítico a causa de un accidente de tránsito que sufrió cuando iniciaba sus labores pastorales en la provincia de Veraguas. El día de la tragedia conducía su auto, un sedán Toyota Cressida con placa 4-6894, adaptado especialmente a sus necesidades, acompañado del joven Isaac González, de 16 años de edad, quien anunciaba por los altoparlantes que la misa estaba por comenzar. Esta era una tarea rutinaria del sacerdote y sus ayudantes parroquiales.
El día anterior al suceso, el padre Elzi había consultado en el cuartel si se podía celebrar misa, ya que era día de las elecciones y le respondieron positivamente, según se reseña en el informe especial de la Comisión de la Verdad.
En mayo de 1989, en el país se vivía un ambiente tenso, producto de que el régimen encabezado por Manuel Antonio Noriega había accedido a realizar elecciones generales, pero no estaba muy convencido de que el resultado en las urnas le favoreciera. El candidato de Noriega era Carlos Duque Jaén y por los civilistas, Guillermo Endara.
Según se recoge en el informe final de la Comisión de la Verdad, el día del hecho el guardia Olmedo Espinosa Espinosa se acercó en la calle al sacerdote Van Kleef para decirle que el subteniente Rigoberto Rivera Carrillo, encargado del cuartel, quería hablar con él, ya que no se podía usar altavoces ese día porque estaba prohibido.
Lo llaman
El soldado abordó el carro de Van Kleef y se sentó en el asiento detrás del conductor. El padre aceptó ir a donde se le pedía, pero en el camino el soldado le indicó que doblara hacia la derecha, entonces el padre dijo: 'Vamos a coger la otra calle para subir al cuartel'. El guardia un poco más adelante tomó su arma, la cargó, le quitó el dispositivo de seguridad y apuntó hacia el padre.
Cuando estaban cerca del cuartel, el soldado abrió un poco la puerta trasera y dijo: 'Ey aguanta', en eso se produjo una detonación y el proyectil impactó al sacerdote en el lado inferior derecho de la cara. Van Kleef falleció el 7 de mayo a las 9:55 de la mañana, un día después del incidente, luego de que fuera llevado por los propios agentes al Hospital Regional Rafael Hernández de David. El informe de Medicina Legal señaló como causa de muerte shock hemorrágico y herida facial por proyectil de arma de fuego.
Olmedo Espinosa Espinosa, al rendir declaración indagatoria, indicó que el arma cargada y montada se le disparó accidentalmente en momentos en que decidió tirarse del automóvil del padre Van Kleef debido a que este tomó una ruta distinta a la que él le había ordenado y aumentó la velocidad del auto cuando le insistió que modifi-
cara la ruta.
Inclusive, señaló que el sacerdote le tiró el auto encima a una unidad de las Fuerzas de Defensa que le había ordenado que se detuviera.
Iglesia
En un comunicado de prensa, los padres Paulinos señalaron: 'Dado que no es un hecho aislado, exigimos que las Fuerzas de Defensa asuman su responsabilidad institucional más allá del autor material del hecho por inculcar actitudes de prepotencia que llevan a sus miembros a situarse por encima de la ley'.
Mediante la vista fiscal #58 del 6 de julio de 1990, la Fiscalía Primera Superior del Tercer Distrito Judicial dictó un auto de enjuiciamiento y abrió causa criminal en contra de Olmedo Espinosa Espinosa. Además, ordenó compulsar copias del sumario a posibles encubridores funcionarios de las Fuerzas de Defensa, la actual Fuerza Pública y el Ministerio Público, según lo reseñado en el informe de la Comisión de la Verdad, siendo estos el exteniente Nivaldo Madriñán, el exteniente coronel Luis A. del Cid, el exteniente Rafael Cano, el ex subteniente Eliécer Ramos Chavarría, el mayor Octavio Samudio, el subteniente Rigoberto Rivera, el exprocurador Carlos Augusto Villalaz y la exfiscal Gisela Vega.
El Tribunal Superior del Tercer Distrito Judicial ordenó la ampliación del sumario y dio como resultado el sobreseimiento provisional de las personas supuestamente vinculadas al delito de encubrimiento.
El Tribunal Superior del Tercer Distrito Judicial abrió causa criminal contra Olmedo Espinosa Espinosa el 6 de junio de 1991 y el 16 de junio de 1992 comenzó la audiencia a través de un jurado de conciencia que lo declaró culpable.
El 30 de diciembre de 1992, el Tribunal Superior condenó al imputado a 16 años de cárcel y lo inhabilitó por el mismo periodo. La sentencia fue apelada por la defensa del procesado; sin embargo, la Corte Suprema confirmó la decisión el 22 de julio de 1994.
La muerte del sacerdote Van Kleef causó en la comunidad un gran impacto, estupor y repudio, además de que fue uno de los incidentes más graves suscitados durante los tensos comicios de 1989, cuyos resultados no tardarían en ser anulados por el régimen, allanando así el camino para la invasión militar estadounidense en diciembre de ese año.
Nota: Sonia Navarro