Un día después del asesinato de Javier Antonio Martínez Rodríguez, de 20 años, al acudir a Cerro Cocobolo, en San Miguelito, lugar donde residía el hoy occiso, se conoció que su muerte fue una cama.
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Al menos eso es lo que alegan allegados de Martínez Rodríguez, ya que minutos antes de ser acribillado él estaba en una fiesta compartiendo con sus amigos, pero la llamada insistente de una mujer lo obligó a dejar la celebración y salir a la entrada de La Paz, en Roberto Durán.
Fue allí donde desde una Hyundai Tucson gris le propinaron 12 disparos, a pesar de tratarse de una vía principal y que estaba a pocos metros de una subestación policial.
En el barrio la tensión era evidente y los lugareños no descartan más muertes. Por este hecho no hay aprehendidos.
Por: Carlos Ávila Rivas
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