'O eres mía o de nadie'. Ella le dijo que no y él la asesinó. Le enterró el cuchillo no una, ni dos, sino cuatro veces.. Él decía que la amaba, pero la dejó ahogándose en su sangre y lo que más sorprendió es que le quitó el celular y se lo llevó. Tuvo la sangre fría para robarle el teléfono y dejarla morir. ¿Qué pasó con él? Aquí te contamos eso y más, ya en los últimos días de nuestra serie de los crímenes más impactantes del 2016 en Panamá: 'Violencia: Realidad o Percepción'.
También recuerden chequear nuestro MAPA INTERACTIVO DE CRÍMENES con interesantes estadísticas que revelan aspectos importantes de la criminalidad, en nuestro afán por aportar cifras y hechos que ayuden a determinar si realmente la situación es alarmante o es solo percepción. Les dejamos hoy con 'La asesina, porque le djo que no' y busque aquí mañana, otra historia más.
'¡Cuando el amor se acaba no hay más pasión...!'. Al ritmo de esta conocida salsa muchos hombres' empinan el codo', como se dice en buen panameño y en medio de tragos, no parecen asimilar cuando una mujer le dice que se acabó el amor. Parece un círculo vicioso en el que solo cambian los personajes, como ocurrió con una chica de aproximadamente 30 años de edad, quien se encontraba a bordo de un bus, pero nunca llegó a su destino.
El hecho de sangre ocurrió en la terminal de buses de Paso Canoas en Chiriquí, y se convirtió en el primer femicidio en esa provincia este año. La víctima fue Carolina Calvo Castillo, asesinada a puñaladas por el policía jubilado Alcibiades Araúz Quintero, de 56 años, cuando iracundo abordó el bus de la ruta de Río Sereno, fue directo donde ella, propició una acalorada discusión y la atacó salvajemente, propinándole no una ni dos, sino tres puñaladas, una en la tetilla izquierda,perforándole el pecho y dos en el brazo izquierdo, luego escapó del lugar ante la presencia de varias personas que se encontraban en la parada de buses y taxis de la frontera.
Informes preliminares indican de que supuestamente estaba borracho al momento del crimen. Pero ya le antecedían episodios de violencia..
Agentes del Servicio Nacional de Fronteras (SENAFROF), brindaron los primeros auxilios, sin embargo, no sirvió de mucho. Carolina murió camino al hospital y Alcibiades quien era reservista de la Policía Nacional fue capturado minutos después. Y fue entonces que las autoridades confirmaron que ella lo había abandonado por maltrato, lo que él no aceptó. Las autoridades ordeneron su aprehensión.
Pero esta no es la única historia en la que el terminar la relación le costó la vida a una mujer.
Igual le paso a Aimée Icaza, de 24 años, ella murió en el quirófano del Hospital San Miguel Arcángel a las 12: 29 a.m., del lunes 27 de junio luego que su expareja Isaac Abdiel Chávez Pimentel de 19 años, la intercepto cuando caminaba hacia casa de su madre en el sector de Cerro Cocobolo, en San Miguelito y fue sorprendida por quien un día le juró amor, pero en su lugar le propinó cuatro puñaladas, pero, además, le robó su celular.
Los familiares de Aimée, relataron que los últimos cinco meses de vida de la joven fueron de mucho terror ya que se sentía en peligro por las amenazas de muerte que la obligaron a mudarse a Chilibre, todo porque Isaac Abdiel, le dijo que sino era de él, no seria de otro hombre.
Actualmente Isaac Abdiel se mantiene detenido enfrentando cargos por femicidio y delito contra el patrimonio a la espera de comparecer ante los tribunales de justicia todo por no aceptar que el amor que una vez hubo entre los dos había terminado.
Y hay más. cuando no es porque no aceptan que terminen, es por celos
La vida de Idalis Dayana Baúles, de 35 años de edad,, quedó en las manos de su esposo Gustavo Rubén Garrido Alvarado, de 37 años,quien cegado por los celos, el pasado 12 de febrero, le disparó en tres ocasiones para después quitarse la vida.
Ella era supervisora en un centro de apuestas y él era agente de seguridad en un casino. Ambos fueron encontrados tendidos al lado de la cama y junto a ellos el arma que utilizó Garrido Alvarado, para matar a la madre de sus tres hijos, además de una nota en donde relató lo sucedido.
Esa noche los vecinos de la pareja escucharon varios disparos que confundieron con bombitas pero transcurrido el tiempo familiares acudieron a la casa, ubicada encalle séptima de Vacamonte en Arraiján provincia de Panamá Oeste, para confirmar lo ocurrido y encontrar a Garrido Alvarado, agonizando por lo que recibió atención médica, pero murió en el Hospital Santo Tomás.