La Madre Teresa de Calcuta es quizás una de las religiosas más conocidas en todo el mundo, pues su legado de entrega, amor y sacrificio en beneficio de los más pobres entre los pobres del planeta todavía sigue y seguirá vivo mientras las Hermanas Misioneras de la Caridad estén en el mundo al servicio de los desamparados y necesitados.
Por su entrega a los demás y su vida de sacrificio, la Madre Teresa fue elevada a los altares mañana, hoy por su santidad el papa Francisco, y su fiesta se celebrará todos los 5 de septiembre, fecha en la que la religiosa falleció.
En cada rincón del mundo donde se encuentran Las Hermanas Misioneras de la Caridad, orden fundada por la Madre Teresa, están de fiesta ante tan importante acontecimiento, que toma mayor relevancia al celebrarse según el calendario del Jubileo o Año de la Misericordia, el 4 de septiembre el 'Jubileo de los voluntarios y operadores de la misericordia', en memoria justamente de la Madre Teresa de Calcuta.
Determinada
La manera como la Madre Teresa enfrentaba el dolor, el sufrimiento del mismo Cristo, ha inspirado a muchos a seguir su legado.
Vestida siempre con su sari blanco con borde azul, se podría decir que la Madre Teresa, una monja pequeña pero de carácter, fue durante la segunda mitad del siglo XX la más fiel luchadora en defensa de los pobres.
En 1979 fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz. El papa Juan Pablo II, hoy san Juan Pablo II, reconoció públicamente su admiración por la monja y en los 80 bendijo la primera piedra de la casa que abrió la religiosa en Roma, para acoger a los pobres. El papa Francisco conoció a la Madre Teresa en 1994 y dijo quedar impresionado con el carácter fuerte de la monja.
Hoy 19 años después de su muerte, la caritativa religiosa será declarada santa. Quizá la orden que fundó, cuyo objetivo es ayudar a 'los más pobres de los pobres', es la parte menor de su legado; lo mayor fue su ejemplo inspirador, palpable y vivo de cómo la generosidad, la abnegación y la entrega a los demás también tienen sentido en tiempos de la globalización.
Visita en Panamá
La hermana Rahamin, misionera de la Caridad, quien trabaja desde hace varios años en el Hogar San José, ubicado en San Isidro, en San Miguelito, indicó que desde 1978, cuando la Madre Teresa fue invitada por el arzobispo de Panamá, en ese entonces Marcos Gregorio McGrath, a fundar la orden, la Madre no lo dudó y visitó Panamá llena de mucha fe y alegría y regresó al país en tres ocasiones más en los años 1980, 1982 y 1987.
El Hogar San José fue fundado en 1978 y desde entonces no han parado su trabajo por nada.
Vía: Herminia Rivera
Fotos: Álvaro Reyes Núñez