Luego de pasar tres meses en cuidados intensivos en el Hospital Rafael Estévez de Aguadulce, Porfirio Serrano Quintero, de 22 años de edad y uno de los sobrevivientes al accidente registrado en el distrito de Antón el pasado 5 de marzo, conversó con Mi Diario.
Cabe señalar que en este trágico accidente de tránsito perdieron la vida 18 personas, en su mayoría jóvenes de la etnia ngäbe buglé, que dejaron sus familias en Bocas del Toro para ganarse unos cuantos reales en una zafra de sandía en el sector de Chame, en la provincia de Panamá Oeste.
Nota Relacionada: Bus que venía de Bocas del Toro se cae de puente en Antón
Diagnóstico
María Nieto, subdirectora del Hospital Rafael Estévez, indicó que gracias a la rápida acción del personal médico del Centro Materno Infantil de Antón no hubo más muertos en este accidente.
'Ellos actuaron muy rápido y de manera precisa para salvar más vidas; este trabajo es digno de admiración', dijo.
CON GANAS DE VIVIR. EL JOVEN DE 22 AÑOS LE SONRÍE A LA VIDA.
Con relación a Porfirio, indicó la doctora que el joven luchó por su vida, pues llegó al hospital con un politraumatismo severo, que hoy se traduce en una paraplejía, cuyas secuelas serán permanentes; no puede moverse, está paralizado de la cintura hasta los pies, explicó la doctora Nieto.
Él estuvo casi tres meses en cuidados intensivos, sus familiares no se movían del hospital, su esposa y su madre estaban siempre al pie del cañón esperando que el joven despertara.
Nota Relacionada: ¡QUÉ DURO! Llegan a Bocas los cuerpos de las víctimas del accidente de Antón
En cama
El pronóstico de Porfirio Quintero no es nada alentador, explicó Nieto, pues tendrá que estar siempre en cama, cuando este se valía por sí mismo; su familia tendrá que aprender hacerle terapias para que sus músculos no se lastimen más y traiga otras secuelas por falta de movimiento.
El apoyo familiar y su estado de ánimo serán determinantes para que este se mantenga con ánimos de seguir adelante, ante la situación que le tocará vivir agregó.
Acostado en una cama del Hospital Rafael Estévez, nos recibió Porfirio. Nuestra impresión después de conversar con la doctora Vals era que el enfermo seguro estaría decaído y sin fuerzas y no sería fácil la entrevista.
ÁNGELES. El PERSONAL DE SALUD SE PORTÓ MUY BIEN CON PORFIRIO.
Pero el verlo sonreír y recibirnos con gran entusiasmo nos hizo ver y sentir que Porfirio se aferra a la vida y quiere vencer su padecimiento, pese a los diagnósticos médicos ya dados.
Él solo da gracias a Dios por estar vivo y poder ver crecer a sus hijas Angiely, Deisy y al que viene en camino, pues su esposa Yolenis Jiménez está embarazada de su tercer hijo.
A Porfirio le dieron de alta ya en el hospital, pero asegura su esposa Yolenis que las condiciones de su casa, ubicada en el sector de Los Molejones en Chiriquí Grande, Bocas del Toro, no son las adecuadas para las condiciones de salud de su compañero.
Ambos piden al Gobierno nacional que por favor cumpla con los compromisos hechos a las familias de quienes perdieron a un ser querido en este accidente y quienes han quedado sin movilidad o incapacitados para trabajar.
Nota Relacionada: Fiscalía revela las causas de las muertes en Antón
Hasta el momento no ha llegado a nadie la ayuda prometida por el presidente Juan Carlos Varela y sus ministros.
'Yo quiero levantarme de esta cama y luchar por mis hijas, soy muy trabajador y quiero que mis hijas tengan un mejor mañana y no se vean en la misma situación que yo viví', dijo con voz entrecortada el muchacho.
'Yo solo pude llegar hasta sexto grado, porque salí a trabajar temprano a los campos. En Bocas del Toro hace falta más oportunidades para estudiar y preparar a los chiquillos para el futuro', dijo.
Hay que ayudarlos
Roxana Guevara, trabajadora social del hospital, indicó que Porfirio al igual que los demás sobrevivientes que ellos atendieron necesitan una mano del Estado para poder seguir viviendo.
'A Porfirio lo vamos a extrañar mucho, ya es parte de esta familia, fueron tres meses y días en este hospital', contó muy emocionada la enfermera Brenda Carvajal, quien fue parte del nutrido grupo médico que ha estado al cuidado de Serrano.
'Todos los sobrevivientes de este accidente han quedado con serias secuelas, unos más que otros y requieren de cuidados especiales', explicó Guevara.
Conseguir dinero
Porfirio Serrano, quien cumplió sus 22 años (20 de abril) en el hospital, explicó que cuando se registró el accidente él venía despierto, conversando con su compañero de asiento. Ambos traían muchas esperanzas en lograr obtener algunos dólares para comprar comida y otras cosas para la escuela de sus hijos.
MOTIVACIÓN. SU ESPOSA YOLENIS ESTÁ EMBARAZADA DE SEIS MESES Y SE MANTIENE JUNTO A ÉL.
'Lo único que recuerdo antes del accidente es que venía charlando con mi compañero de asiento, soñando despiertos con lo que deseábamos hacer con el dinero que íbamos a ganar en este trabajo. Todo fue muy rápido, le digo, después solo recuerdo que gritaba pidiendo ayuda, que me sacaran del bus y me llené de miedo al ver a mi compañero muerto, todo lleno de sangre', explicó el joven agricultor.
Nota Relacionada: MUERE UNO MÁS. Revelan nombres de los fallecidos en la tragedia del bus en Antón
'De allí en adelante no supe nada de mí hasta cuando desperté lleno de tubos en el hospital', relató. Este padre de familia requiere que se le tienda una mano, si no sus ideales y sueños no lograrán concretarse.
Por: Herminia Rivera
Fotos: Raúl Valdés
Mi Diario