A 10 minutos de la vía Domingo Díaz, en calle segunda de Villa de Las Acacias, en Juan Díaz, se encuentra la Fundación Trabajando Por Un Futuro Mejor, que rescata los valores y costumbres de los indígenas que se encuentran en la capital.
Dicha fundación sin fines de lucro se creó en 2003 debido a que los adultos emigrantes de la comarca Guna Yala no podían enseñarles el idioma y demás tradiciones a sus hijos por falta de tiempo; además, estos se enfrentan a la presión social y a nuevas tecnologías del medio urbano.
Esta fundación provee alimentación diaria a los niños y niñas en riesgo social o a quienes viven en extrema pobreza, y dan la opción de ingresar a los pequeños en el Centro Educativo Bilingüe Intercultural, que fue creado bajo el amparo de la fundación y avalado por el Ministerio de Educación (Meduca), donde sus profesores son gunas.
POBLACIÓN
Actualmente, el recinto educativo cuenta con una población de 87 niños que cursan solo primaria. El 90 % es indígena, de corregimientos como Tocumen, Pedregal, Alcalde Díaz y Juan Díaz.
Como toda escuela, tiene un horario de ingreso a las 7:30 a.m. y salida a las 1:30 p.m. Allí se imparten materias reconocidas por el Meduca, pero adicionalmente se les enseña la lengua guna hasta tercer grado.
Harmodio Vivar, presidente de la fundación, manifestó que el área este de la ciudad capital no contaba con ningún proyecto de educación dirigido a niños de Guna Yala y al notar que los padres emigrantes no encontraban un colegio por la barrera lingüística, pues no se adaptaban, se creó el colegio.
Para ingresar, si es una madre de la comarca, solo tienen que saber y tener una visión de las costumbres y acá les damos las herramientas, si no es guna, igual, también recibimos al infante', indica.
Por su parte, Xiomara Beecher, directora del plantel, contó que allí tienen un estudiante ejemplar. Aunque tiene 14 años cursa el cuarto grado. El joven es el mayor de varios hermanos, por ende sus padres optaron por darle el privilegio de estudiar a los más pequeños; sin embargo, ella, como educadora, le dio la oportunidad y hoy es cuadro de honor.
También contó que muchos adultos indígenas se sienten avergonzados de sus costumbres y les niegan la oportunidad a los más pequeños de desarrollarse con otros gunas, e incluso les impiden aprender su idioma, por lo que esta escuela rompe esa barrera.
Por: Aivy Pinto