Recostado en la hamaca afuera de su casa ubicada en Pueblo Nuevo de Yaviza, en Darién, estaba el colombiano Amador Palacio Hinestroza, quien con nostalgia recordó cómo fue su llegada al país en donde nacieron y crio a sus hijos con lo que producía en el campo.
Junto a él estaban sus botas de caucho, las que ha utilizado para recorrer el camino que lo lleva de su vivienda al monte en donde cultiva la tierra desde hace 57 años.
'Yo llegué aquí a la edad de 20 años procedente de Turbo, en Antoquia, Colombia. Vine para buscar trabajo, luego regresé a mi país donde conocí a mi esposa, nos casamos. Me la traje a vivir aquí, tuvimos seis hijos, ella murió, pero nosotros seguimos en Darién luchando', expresó.
RECUERDOS
Palacio Hinestroza recordó cómo era la vida antes en la comunidad de Yaviza, cuando con cinco dólares se podía comprar lo necesario para subsistir y el resto se pescaba, cazaba o cultivaba.
'Estoy acostumbrado a trabajar duro, así me enseñaron mis padres y es lo que he hecho desde entonces, ganándome la vida sembrando ñame, maíz, arroz y plátano, pero ahora todo es más difícil', expresó Palacio al cuestionar que el trabajo que representa para un agricultor cosechar sus productos es mucho más que lo que representa la ganancia del vendedor.
PUEBLO PERDIDO
En cuanto a la situación de Pueblo Nuevo y Pueblo Viejo, que conforman la comunidad de Yaviza, Palacio Hinestroza dijo desconocer muchas de las cosas que pasan en el pueblo por ser un hombre cristiano que se ha alejado del mundo.
BANDAS
Esto sí no tardaron en denunciarlos otros moradores, quienes escudados en el anonimato relataron que aunque no se vive la violencia que se registra en la capital, sí están amenazados por el flagelo de las drogas que acecha a los jóvenes y las bandas.
Prueba de esto son los grafitis que se apreciaban en algunas paredes del pueblo de la banda ‘K-lor K-lor’, una de las células criminales esparcidas por todo el país. A esto se le suma el bullicio y el libertinaje característico de este tipo de poblados con puerto, que además de estar repleto de bares y discotecas donde el consumo de licor es alto, entrada la noche la prostitución también se presenta.
OLVIDADOS
Pero no solo el tema de seguridad es preocupante para los moradores de Yaviza, que reclaman por mayor presencia del Estado al igual que el resto de la provincia. Por ello, el pasado martes gran cantidad de personas cerró la carretera Panamericana para hacerle un llamado de atención al Gobierno nacional.
Las quejas son muchas, pero lo primordial, comentaron los lugareños, es que no cuentan con presencia del Estado.
SIN ENTIDADES
Incluso para recibir atención médica deben trasladarse a la capital porque no hay hospital; también está la falta de caminos de producción y servicios básicos como el agua potable. Además, para realizar algunos trámites deben viajar hasta Chepo o a la capital porque en la provincia no hay instituciones como Registro Público, notaría y mucho menos una cárcel.
Es por esto que se sienten olvidados, incluso de sus autoridades locales, explicó Carmen Salazar, quien aseguró que no han cumplido con las necesidades del pueblo. Tal es el caso del puente que une a las comunidades de Pueblo Nuevo y Pueblo Viejo, el cual se prometió que sería reconstruido, pero hasta la fecha continúan utilizando el peligroso paso ya carcomido y oxidado, relató Gabriel Palacio.
Pero el pueblo de Yaviza es mucho más que cantinas, galleras y discotecas. Es una comunidad con personas nobles que solo esperan que las autoridades cumplan su misión así como con el resto de la provincia, que enfrenta problemas como tráfico de drogas, encefalitis equina, deforestación y actualmente el flujo de migrantes extracontinentales que siguen ingresando a Panamá.
'Lo único que esperamos es que reconozcan el valor de una provincia que tiene mucho que ofrecer, donde se trabaja duro para contribuir con el país y merecemos ser tomados en cuenta', recalcó Carlos Pimentel.
Darién, rica en biodiversidad y recursos todavía no explotados, clama por que sus compatriotas no los olviden.
DATOS
- Yaviza es un poblado porteño, dividido en Pueblo Viejo y Pueblo Nuevo, que además es el último punto donde se corta la carretera Panamamericana que va desde Alaska a Chile y Argentina.
- Su población es de 4 mil 441 habitantes y está compuesta por afrodescendientes, en su mayoría desplazados colombianos e indígenas de las etnias emberá y wounaan.
Por: Carlos Ávila
Fotos: Román Dibulet