Cuando la sombra de la noche empezaba a caer y en forma de lluvia desprendía el cielo su llanto lastimero, a un costado del templo Colinas de La Paz salieron los padres del niño Ethan Duval Jiménez, acompañados de una concurrencia de personas que sostenían globos blancos.
Con las manos aferradas a las cenizas de su hijo, la madre, con dolor, dejó escapar su despedida de amor.
A partir de las 4:30 p.m. el sacerdote empezó a oficiar la misa en memoria de este angelito que nació el 25 de febrero de 2007 y murió el 22 de noviembre de este año tras la caída de un árbol cuando llegaba junto a su madre a su escuela, el San Vicente de Paul, ubicado en Los Ríos, Corozal.
El espacio se quedó chico ante la cantidad de personas que acudieron en solidaridad, entre ellas personalidades del Gobierno, como el ministro Milton Henríquez y Alexis Bethancourt, ministro de Seguridad. También llegaron maestros y compañeros de la escuela.
Uno de los momentos más emotivos llegó cuando le correspondió a los familiares y amigos de Ethan decir unas palabras. En medio del silencio resonaron las palabras que escribió la madre para su hijo:
Desde ese momento conocí el verdadero amor (refiriéndose al día en que nació Ethan). Hoy te digo hasta luego, vuela alto, sé feliz como siempre lo fuiste, ahora eres el astronauta que siempre deseaste ser'.
Los amigos y conocidos de Ethan también se refirieron a él como un niño alegre, cooperador, que saludaba a todos en la escuela. Además de que siempre era fácil encontrarlo corriendo por los pasillos.
Recordar a Ethan es trasladarse a sus alegrías', dijo una de las voces que le conocieron.
El sacerdote, en su mensaje, pidió consolación y fortaleza para la familia e invitó a los padres de Ethan Duval Jiménez a colocar sus manos sobre la pequeña urna que contenía las cenizas, en recuerdo del día en que lo bautizaron. También dijo que:
Todos estamos expuestos a las inclemencias del tiempo, nadie puede prever eso'.
Dentro del recinto de la Iglesia, la fotografía de Ethan impresa en tamaño grande, resaltaba con su sonrisa. En la mano de cada uno de los presentes había una flor de color blanco. Del mismo color era el vestuario de la mayoría, tal como lo sugirió la invitación que se realizó.
La canción de Tercer Cielo 'Yo te extrañaré' no faltó y la niña Daniela Acosta, quien estudia en la misma escuela, le rindió una despedida con la canción 'Cielo rojo'.
Al final, la concurrencia no pudo sostener el llanto y todo se llenó de tristeza.
Siendo casi las 6:00 p.m. se selló el acto de despedida. Los globos dedicados a Ethan se elevaron en el firmamento y un adiós no definitivo se marcó en el rostro de los padres, pues el amor por su amado hijo nunca morirá.
Por: Alicia Valdés