Linelia Bacorizo, de 38 años de edad y madre de tres niños, es una de las beneficiadas del proyecto de reforestación de tipo agroforestal como medida de compensación ecológica del Proyecto de Ampliación del Canal de Panamá.
Este se desarrolla en la comunidad de Arimae y Emberá Purú, en tierras colectivas de la provincia de Darién.
Bacorizo forma parte de las 19 familias que trabajan directamente en el proyecto, que es ejecutado por la Asociación Panameña para la Sostenibilidad de la Agricultura y los Recursos de la Naturaleza (Apasan), contratada por la ACP por 115 mil dólares.
El proyecto trae beneficios económicos y sociales, además les va a servir para recuperar especies nativas. El cocobolo abundaba en la zona, recuerda Linelia; ahora producto de la tala no hay. En las capacitaciones se les enseña a mezclar la tierra con abonos naturales, anteriormente construían los viveros de forma rudimentaria, ahora el resultado es mejor, dijo.
Se benefician
Del monto total del proyecto, aproximadamente más del 70 % queda en la comunidad, según explicó Abdiel Delgado, encargado del Programa de Reforestación de la ACP, ya que se pagan jornales, se construyen viveros y se compran materiales.
El esquema que usa la ACP con el componente de viveros es que el contratista tiene la obligación de capacitar a los participantes en cómo hacerlos, lo que pueden replicar en casa; luego les compran el plantón, lo que es un tipo de negocio ambiental. Además, les suministran las semillas certificadas y que resistan las condiciones climáticas del área.
En esta comunidad indígena los beneficiarios del proyecto siembran, cosechan y venden los excedentes, dentro de las especies que se tienen como plan piloto está el café y el cacao, dos cultivos que con un buen manejo duran más de 10 años y tienen buena rentabilidad en el mercado, según explicó el ingeniero Delgado.
Agregó que el proyecto contempla el trabajo con la comunidad cuando no hay comunidad el contratista busca a las personas que trabajan con su empresa.
Se trabaja en conjunto, la comunidad se beneficia con capacitación en materia de seguridad, en producción de plantones en el vivero, en establecimiento cómo se va a plantar, en mantenimiento durante los cinco años que dura el proyecto y en prevención y control de incendios.
Mil 200 hectáreas
Noel Javier Morón, gerente de Manejo y Seguimiento Ambiental de la ACP explicó que el proyecto de ampliación en su totalidad afectó 620 hectárea, de acuerdo al EIA aprobado tenían que reforestar el doble, mil 200 hectáreas aproximadamente, además de una indemnización al Ministerio de Ambiente por 4 millones de dólares.
Añadió que el Sistema de Gestión Ambiental funcionó por dos razones: 'Uno teníamos los recursos económicos y la administración creyó en el tema ambiental'.
Agregó que la enseñanza que deja es que en Panamá se pueden hacer proyectos grandes con buenas prácticas ambientales.
Fuente: Sonia Navarro
Foto: Raúl Valdés