La crisis económica y política que vive Venezuela ha provocado una estampida de personas, entre ellas miles de judíos que han encontrado en Panamá la tranquilidad que no tenían allí y que han contribuido a agrandar la ya de por sí influyente comunidad hebrea panameña.
La población judía, que en la actualidad ronda las 20.000 personas, 'se ha duplicado en los últimos años' por la cantidad de venezolanos que han emigrado al país centroamericano, explicó hoy David Perets, el rabino de la sinagoga Shevet Ahim, la más grande de la capital panameña.
'La comunidad está cogiendo empuje, está en pleno crecimiento', reconoció el rabino durante un acto en la embajada de España en el que 23 sefardíes, la mayoría procedentes de Venezuela, recibieron la nacionalidad española.
'Empezamos a salir de Venezuela durante los primeros años de Gobierno de (Hugo) Chávez, pero últimamente hemos salido en masa', admitió Armando Garzón, cuyos padres nacieron en Tetúan, cuando Marruecos era un protectorado español, y emigraron más tarde a Panamá.
Garzón y otros cinco miembros de su familia recibieron hoy la nacionalidad española, tras la aprobación en 2015 de una ley que permite adquirirla a todos aquellos que acrediten ser descendientes de los judíos expulsados de España en 1492.
Durante el Gobierno de Chávez se sucedieron algunos ataques antisemitas en Venezuela, uno de ellos a la principal sinagoga de Caracas, y el exmandatario fue acusado de instigarlos, aunque siempre negó cualquier tipo de implicación.
'No volveremos hasta que las cosas en Venezuela no cambien social y económicamente', apuntó Sara Behar Morhain, que también juró hoy fidelidad a la Constitución y al rey de España.
Panamá tiene una gran tradición hebrea y, a excepción de Israel, es el único país del mundo que ha tenido dos presidentes judíos: Max Delvalle Levy-Maduro (1967) y su sobrino Eric Arturo Delvalle (1985-1989).
La comunidad judía, a día de hoy, es dueña de algunas de las empresas más importantes de Panamá, entre las que se encuentran supermercados, aerolíneas, almacenes comerciales y constructoras.
También tienen una importante presencia en la Zona Libre de Colón, la zona franca más grande del continente dedicada a la importación y exportación de bienes.
Según el presidente del Consejo Central Comunitario Hebreo de Panamá, Isaac Btesh, la presencia de judíos en Panamá se remonta al siglo XV cuando los Reyes Católicos expulsaron de España a todos aquellos que no querían convertirse al cristianismo, pero se intensificó hace 150 años con la fiebre del oro californiano y la construcción del Canal de Panamá.
El 85% de los judíos que viven en Panamá son sefardíes, es decir, descendientes de los judíos españoles, a diferencia de otros países de América Latina donde la comunidad es mayoritariamente asquenazí. Sefarad significa España en lengua hebreo.
'El judío de Panamá se siente panameño, se siente identificado con el país y se siente muy cómodo', afirmó el rabino.
Vía: EFE