¡Wao! Al parecer los reencuentros de amigos y los viajes para celebrarlo, no es algo que se les dé muy bien a los argentinos, pues la fatalidad siempre los persigue y es que luego de aquel fatídico viaje que compañeros de la Universidad realizaron para celebrar su reencuentro en Nueva York y fueron víctimas de un atentado terrorista, una nueva tragedia enlutese a este país con la muerte de varios amigos.
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Y es que un grupo de amigos viajaron a Mendoza en plan de reencuentro. Les hacía falta una buena dosis de amistad para ahuyentar la tristeza que los había golpeado en enero.
Vanina Baiocco, la esposa de Pedro Siches, había fallecido en el viaje de regreso de Nueva York, durante la escala que hicieron en Lima, Perú. Y la noticia los golpeó a todos, porque la mayoría se conocían desde que eran chicos. Del barrio y de la escuela, en San Vicente, en el sur del conurbano bonaerense.
Enrique Cantó ofreció el bimotor que se había comprado hacía poco. La propuesta era ir a San Rafael y después, el domingo a la tarde, hacer una escala en Tandil, en donde la familia de Cantó tiene campos y un hangar. Pero el viaje terminó de la peor manera. Cuando volaban sobre La Pampa, a la altura de Quemú Quemú, por motivos que aún no se pudieron determinar, la aeronave cayó a tierra y los cinco ocupantes murieron calcinados.
La noticia volvió a enlutar a estas familias de San Vicente. Ayer, en esta ciudad de 60.000 habitantes que conserva el alma de pueblo, no se hablaba de otra cosa. El párroco Federico Piserchia organizó anoche una misa en la iglesia San Vicente Ferrer por los vecinos que fallecieron en el accidente.
Sumidas en el dolor, las familias se preparaban para recibir a sus hijos en las próximas horas. No se descartaba que se los despidiera en una ceremonia conjunta en el Club San Vicente, del que varios de ellos eran socios.
La historia de este grupo de amigos se remonta a unos 36 años atrás, cuando Pedro Sicher y Mauricio Balbi, ambos de 40 años, comenzaron el jardín de infantes, en el colegio San José. Los demás se fueron sumando con el correr de los años. Compartían actividades y festejos. Y así fueron forjando una amistad de larga data.
Jugaban al squash y al fútbol. Juan Ignacio Otegui, que era amante de los fierros, corría las carreras de la Asociación de Standard Mejorado, con su Fiat Uno azul. Y sus amigos solían acompañarlo en su pasión. En San Vicente todos lo conocían como Juanchi. La noticia de su muerte detuvo el reloj en la casa de los Otegui, donde vivía con Vicky, su mujer, y sus hijos Manuel, de 10 años, y Delfina, de 7. También en Euskadi, la empresa de camiones de la familia, que Otegui dirigía.
Siches, Balbi y Otegui constituían el núcleo original de amigos. Con el tiempo, se sumaron Mariano Guyot y Cantó. Hace unos años también se incorporó Nicolás Furtado, dueño de una agencia de viajes en Mendoza, que el fin de semana actuó como anfitrión. Los seis amigos recorrieron la provincia durante esas minivacaciones. Llegaron el jueves por la noche y se instalaron en unas cabañas en la zona del Cañón del Atuel. Durante su estadía, aprovecharon para recorrer, bañarse en el río y visitar bodegas.
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El sábado a la noche fueron a Mendoza. Estuvieron en el boliche Nikki, uno de los lugares más exclusivos, en las afueras de la capital provincial, donde brindaron con champagne por ese reencuentro y se sacaron algunas fotos. El domingo, después del almuerzo, salieron para Tandil. Volaron hasta La Pampa y, a mitad de camino la aeronave cayó a tierra.
De haber disfrutado este reencuentro de amigos a enterarme de esta tragedia aérea. Es muy duro para mí', publicó Furtado.
La noticia fue un impacto muy fuerte para los Siches. A solo tres meses de haber fallecido la esposa de Pedro, ahora su hijo había muerto en ese accidente. Pedro tenía tres hermanos: dos mujeres y un varón. Dos de ellos y Graciela, la mamá, cambiaron su foto de perfil por una en la que se lo ve a Pedro sonriente, abrazado a Vanina. Llevaban varios años juntos. Estaban enamorados como en los primeros tiempos.
Pedro era analista de sistemas. Se había desempeñado en varias empresas, como Shell, Banco Galicia, y actualmente trabajaba en la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Por su trabajo, viajaba bastante y siempre que podía, Vanina lo acompañaba. Dinamarca, Londres, Nueva York son algunos de los destinos en los que se los ve juntos. En enero último, cuando volvían de la Gran Manzana, ella se descompuso en el vuelo y murió en la escala que se hizo en Perú.
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Ayer, la familia y los amigos le enviaban mensajes de aliento y consuelo a la mamá de Pedro.
Qué felices se los ve en esa foto. Nos reconforta pensar que están otra vez juntos', le escribieron.
Con información de La Nación