La campaña presidencial inflamatoria de Donald Trump y la posibilidad de que el deslenguado magnate realmente se convierta en comandante en jefe ha dejado a estadounidenses progresistas obsesionados con una cosa: mudarse a Canadá.
Estrellas como Cher y Lena Dunham han declarado su intención de marcharse al norte si el antiguo astro de la telerrealidad, famoso por insultar a musulmanes y mexicanos y bajo el microscopio por alegaciones de sexismo, alcanza el máximo cargo.
De acuerdo a una reciente encuesta de Morning Consult/Vox, el 28% de los estadounidenses 'probablemente' consideraría marcharse a otro país si Trump gana en noviembre. Google dijo que la búsqueda de '¿cómo me mudo a Canadá?' se disparó en 350% el 1 de marzo cuando Trump ganó siete primarias republicanas.
Hombres de negocios a ambos lados de la frontera han convertido el asunto en una ingeniosa herramienta de marketing. '¿Dejará el país si Trump es elegido presidente? ¡Llámeme y déjeme vender su casa!', publicitó un corredor inmobiliario estadounidense.
Un joven emprendedor de Texas configuró su sitio de citas Maple Match prometiendo a ayudar a los estadounidenses a 'encontrar la pareja canadiense ideal para salvarlos del inconmensurable horror de una presidencia de Trump'.
El sitio es una creación de Joe Goldman, de 25 años, quien siempre quiso crear un sitio de citas, pero se subió al carro del temor a Trump para darle publicidad.
Aunque las presentaciones y citas reales son reservadas, Goldman dice que más de 30.000 personas hambrientas de amor se han suscrito.
'La campaña de Donald Trump para ser presidente nos ha dado una oportunidad de hacer algo positivo', dijo a la AFP. 'Pero básicamente Maple Match en sí no es político. Es sobre unir a estadounidenses y canadienses'.
– Temor alimentado por las elecciones –
Después de que la isla de Cape Breton, en Nueva Escocia, ofreciera a comienzos de este año un refugio para los estadounidenses que odian a Trump, los visitantes a este sitio turístico pasaron de 65.000 el año pasado a 600.000, según la responsable local de turismo Mary Tulle.
La académica estadounidense Neda Maghbouleh se mudó a Toronto hace tres años con su marido, cuando les ofrecieron unos atractivos empleos en una universidad.
Su hija nació en Canadá, la pareja obtuvo la residencia permanente y ahora desea estimular a los padres de ella a seguirlos.
'Mi urgencia y temor fueron realmente avivados por esta elección. Tenía la sensación de que necesitábamos ser muy proactivos sobre esto', cuenta la mujer.
El empresario Nuri Katz, quien ayuda a la gente a adquirir una segunda nacionalidad, asegura que 'decenas' de clientes le han mencionado a Trump como el motivo por el que desean relocalizarse, pero advierte que existen grandes obstáculos para conseguirlo.
'Toda esta conversación anecdótica sobre mudarse a Canadá, es realmente dura', dice a la AFP durante un viaje a negocios a Nueva York. 'No habrá una avalancha de gente conduciendo a Canadá diciendo ‘aquí estamos', indicó.
Sortable, una compañía de publicidad en la web de Ontario, se dirigió a desarrolladores en Estados Unidos ofreciéndoles abiertamente 'un lugar seguro para gente inteligente y agradable' buscando una alternativa a una presidencia de Trump a comienzos de este año.
El anuncio generó mucho interés, pero la compañía aun tiene que reclutar estadounidenses, aunque las conversaciones están muy avanzadas, dice su encargado de marketing digital Brenden Sherratt.
Canadá ha endurecido los procedimientos de inmigración para muchas categorías de personas, aunque ha sido liberal para aceptar refugiados sirios. Los estadounidenses opuestos a Trump difícilmente encajan en la definición que la ONU hace de un refugiado, advierte Katz.
– ¿Refugiados estadounidenses? –
'Es un argumento complicado decir que eres un perseguido político en Estados Unidos', dice Katz, presidente de Apex Capital Partners Corp.
'¿Canadá comenzó a aceptar refugiados políticos estadounidenses? Muchacho, China tendría un día de campo con esto. ¿Puedes imaginarlo?', agrega.
Katz dice que Dominica en el Caribe es el lugar más barato para que los estadounidenses compren una segunda nacionalidad: es suya con una inversión de 100.000 dólares.
Él también consiguió su primer cliente estadounidense para Chipre, donde la nacionalidad puede ser adquirida en tres meses con una única inversión de 2,5 millones de euros (2,8 millones de dólares).
Pero los estadounidenses son una minoría entre aquellos que están comprando una segunda nacionalidad y aunque una cifra récord está renunciando a su ciudadanía, a menudo por una combinación de razones políticas y económicas, Katz dice que esta industria es 'pequeña'.
Y aunque a los estadounidense les gustase moverse, su país se mantiene como primer destino para los extranjeros, particularmente chinos.
Un programa de inversiones promete la tarjeta verde (residencia en EEUU) a aquellos que inviertan al menos 500.000 dólares y creen 10 empleos de tiempo completo. Pero es tan codiciado que el tiempo de espera es de ocho años, dice Katz.
Como hija de inmigrantes iraníes, Maghbouleh creció sintiéndose afortunada. 'Estados Unidos todavía es de diversas maneras la tierra prometida para mucha gente', afirma.