Un día después de que dos jóvenes mataran a tiros a ochos personas, cinco de ellas niños, en una escuela en Brasil y después se suicidasen, se van poco a poco conociendo los testimonios y las historias de aquellos que ayudaron a disminuir el número de víctimas en la tragedia.
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La cocinera Silmara Cristina Silva de Moraes, de 54 años, junto a sus compañeras de trabajo, escondió en la cocina de la Escuela Raul Brasil de Suzano, en la región de Sao Paulo, a un grupo de 50 alumnos.
En declaraciones a la prensa local, Moraes explicó cómo hizo barricadas con el frigorífico y el congelador y una mesa fue usada como escudo.
Estábamos sirviendo la merienda y comenzaron los tiros. Los niños entraron en pánico. Abrimos la cocina y empezamos a meterlos dentro y cerramos todo. Les pedimos que se acostasen en el suelo', cuenta la mujer.
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Moraes asegura que fue una situación 'desesperante' porque se escuchaban 'muchos tiros'. 'Intentamos mantener la calma por los niños, pero 'también entramos en pánico', afirma.
Según ella, cuando ya había cerca de medio centenar de alumnos en la cocina fue necesario cerrar la puerta, porque los atacantes estaban 'muy cerca'. Entonces, colocaron los electrodomésticos para bloquear la entrada.
Yo arrastré el frigorífico y el congelador para hacer la barricada y nos pusimos detrás', cuenta la cocinera, quien relata cómo daba la sensación de que los asesinos se encontraban 'por todas partes'. 'Parecía que buscaban a alguien. Iban para allá y para acá disparando mucho. Nosotros no vimos nada. Escuchábamos los movimientos. Duró entre 10 a 15 minutos', comentó.
A las 9.30 hora local, los dos adolescentes llegaron en un coche blanco alquilado a la escuela. Los atacantes, de 17 y 25 años, entraron a la hora del recreo en el colegio. Dispararon a las funcionarias, una de ellas la coordinadora, y después a los alumnos en el patio. Luego intentaron alcanzar el centro de lenguas, pero los estudiantes y una maestra se encerraron en un aula. Entonces, los dos se suicidaron en el pasillo.
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El suceso se saldó con diez muertos, incluídos los dos asaltantes, que eran antiguos alumnos de la escuela. Once personas resultaron heridas.
Las investigaciones preliminares apuntan que llevan un año preparando el ataque. Hasta el momento, se desconoce la motivación del crimen.