La nueva presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, la primera mujer en ocupar el cargo, pidió este viernes en su discurso de toma de posesión un 'diálogo positivo' con Pekín, adoptando un tono conciliador frente a una China cada vez más hostil.
Tsai, de 59 años, ganó por mayoría las elecciones de enero, que pusieron fin a ocho años de política de acercamiento a China bajo el mando del presidente saliente Ma Jing-jeou, del partido Kuomintang (KMT).
Los electores consideraron que Ma Jing-jeou había ido demasiado lejos y que su política, más que servir los intereses de Taiwán, había puesto en peligro la soberanía de la isla, que Pekín todavía considera como parte de su territorio.
Tsai es la líder del Partido Democrático Progresista (PDP), una formación tradicionalmente independentista.
Esta exprofesora universitaria moderó el discurso del PDP pero se mantuvo firme para afianzar la posición de Taiwán, un mensaje bien aceptado por los taiwaneses, cansados de vivir a la sombra de China.
El territorio sigue su propio rumbo desde 1949, cuando los nacionalistas del KMT, liderados por Chiang Kai-shek, se refugiaron en la isla tras la victoria de los comunistas de Mao Zedong. Tras la muerte de Chiang, Taiwán abrazó poco a poco la democracia.
Ante las 20.000 personas que asistían a la ceremonia delante del palacio presidencial, Tsai quiso presentar a Taipéi como una fuerza de paz.
'Las dos partes que gobiernan a ambos lados del estrecho [que separa la China continental de Taiwán] tienen que dejar de lado el peso de la historia y entablar un diálogo positivo', dijo en su discurso tras haber jurado el cargo.
Pocas horas después de la investidura, Pekín reaccionó contra cualquier intento de avanzar hacia una eventual independencia.
'Si se busca la independencia, será imposible tener paz y estabilidad en el estrecho de Taiwán', advirtió la oficina de Asuntos de Taiwán del gobierno chino en un comunicado.
Vía: AFP