Luego que el pasado 1 de julio, en el informe a la Nación en la Asamblea Nacional (AN), el presidente de la República, Laurentino Cortizo, anunciara que a partir del próximo lunes, 11 de julio, no será obligatorio el uso de mascarillas en lugares abiertos y cerrados, este lunes el ministro de Salud, Luis Francisco Sucre, reiteró que el uso obligatorio de la mascarilla solo aplicará en instalaciones médicas, transporte público y para quienes manipulen alimentos.
Sobre las escuelas y otros lugares cerrados en donde se dan aglomeraciones, Sucre manifestó que a todas las personas que tengan problemas con el sistema inmune, sufran de una enfermedad crónica y a las personas de 55 años en adelante, se recomienda seguir usando la mascarilla por las dificultades que podrían presentar debido a su condición previa.
“Entre más años tengan, más riesgo hay de complicaciones, por lo tanto, de 55 o 60 años en adelante les recomendamos nuevamente mantener su mascarillas”, expresó.
El titular de Salud indicó que en el resto de los lugares cerrados se recomienda aumentar la ventilación.
Señaló que en las escuelas, templos y en instalaciones como asilos o casas hogares, a pesar de que no será obligatorio el uso, se recomienda la utilización de las mismas, pero quedará a criterio de los encargados.
“Cada escuela podrá tomar la decisión de qué tan obligatorio hará el uso de las mascarillas para sus niños. Mientras más aglomeración y menos distanciamiento, nuestras recomendaciones se hacen más fuertes. Recomendamos que los niños usen sus mascarillas si no se puede cumplir con las normas de bioseguridad”, afirmó.
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Reiteró que en cualquier momento se puede confirmar el ingreso al país de las variantes BA.4 o BA.5 de ómicron, que se transmiten más rápido y que por ello era importante seguir manteniendo las medidas de bioseguridad.
Panamá, que enfrenta una prolongada quinta ola pandémica marcada por una ligera subida de las hospitalizaciones, ya aprobó en marzo pasado eliminar el uso de mascarillas en los espacios abiertos o al aire libre siempre que no hubiera aglomeraciones, una medida derivada la bajada de los casos y las muertes por la covid-19.