Un grupo de investigación de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ha puesto en marcha un estudio para detectar personas con covid-19 usando perros adiestrados en la localización de sustancias y olores.
El objetivo del proyecto es aislar la “firma de olores” de las personas contagiadas a través de muestras de sudor de voluntarios positivos y negativos, para después entrenar con esa “esencia purificada” a los perros, según ha explicado Ugo Mayor, investigador del estudio, este martes en una demostración en el Campus de Leioa con tres de los perros que participarán en la investigación.
Ha señalado que el proyecto se encuentra en “fase de reclutamiento” y que ahora necesitan entre 150 y 200 personas voluntarias que hayan sido diagnosticadas positivas o negativas mediante PCR o test de antígenos en las últimas 48 horas
Quienes quieran participar, recibirán en su domicilio un kit donde encontrarán gasas, dos tubos de cristal y dos de plástico.
Una vez recibido, tendrán que permanecer 24 horas sin ducharse y sin utilizar productos desodorantes para después colocarse la gasa bajo el brazo durante unos diez minutos, a fin de impregnarla con sudor, e introducirla finalmente en el bote de cristal y este en el de plástico.
El equipo de recogida acudirá a la mañana siguiente al domicilio para llevar la muestra al laboratorio, esterilizarla e iniciar el proceso de detección de las moléculas aromáticas características del sudor de una persona contagiada por covid-19.
“Utilizaremos un cromatógrafo de gases, una máquina que permite determinar todos los compuestos volátiles que están en el aire de la muestra y los identifica”, ha explicado Mayor.
Gracias al cromatógrafo, los investigadores de la UPV/EHU compararán las moléculas aromáticas analizadas de las muestras de 50 personas sintomáticas, 50 asintomáticas y 50 negativas para determinar qué olores son diferentes entre unas y otras, y así aislarlos.
Tras esta primera fase de investigación, las moléculas analizadas y diferenciadas se utilizarán para entrenar a los perros con el objetivo de que sean capaces de detectarlas no solo en el laboratorio, sino también en personas contagiadas.
Iosu Méndez, instructor canino en el Centro Canino Beloaran, participa en el proyecto y ha ofrecido una demostración de las tres fases de aprendizaje por las que tienen que pasar los perros para poder identificar olores o sustancias concretas.
Primero, los animales memorizan el olor asociándolo a un premio o juego, después viene la fase de focalización, para que el perro aprenda a señalar el “olor diana”, y por último aprenden a localizar dónde está ese olor en un espacio abierto.
“Confiamos en que lo que descubramos en el laboratorio nos permita hacer el mismo trabajo que con la detección de drogas”, ha indicado Méndez.
Durante la demostración con tres de los perros del proyecto, un border collie, un labrador y un pastor belga, Méndez ha insistido en la importancia de la “generalización”, que el perro sea capaz de trasladar el olor que ha memorizado en el laboratorio a los contagiados.
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“No todos los positivos van a oler igual, pero los perros deben ser capaces de determinar el componente común en todos ellos y discernir así entre los positivos y los negativos”, ha explicado.
Asimismo, ha señalado que “lo importante no es llenar los espacios públicos de perros detectores, sino demostrar que el SARS-CoV-2 huele a una sustancia concreta y que se pueden utilizar perros para detectarla en muestras reales”.