El aparato digestivo es uno de los sistemas más importantes del cuerpo, ya que es el encargado de absorber los nutrientes de los alimentos y convertirlos en energía para alimentar todas las células. Una buena salud está directamente ligada a la alimentación y una correcta digestión.
Por esta razón, cada año, la Organización Mundial de Gastroenterología celebra el Día Mundial de la Salud Digestiva e inicia una campaña de salud pública mundial a través de sus 110 sociedades nacionales y 50 mil miembros, para llamar la atención del público en general sobre su prevención y terapias sugeridas.
La importancia del intestino ha sido designado como el tema central de la campaña 2020, que se celebra hoy 29 de mayo.
Buen funcionamiento
Se estima que en el sistema digestivo habitan unos 100 billones de microorganismos que son los responsables de su buen funcionamiento. Forman un ecosistema propio al que llamamos microbiota o flora intestinal, donde coexisten microorganismos beneficiosos y patógenos.
Si los patógenos son mayoría, el organismo empieza a experimentar problemas digestivos como la acidez, la inflamación estomacal, dolores, estreñimiento y en casos más severos, puede desencadenar irritaciones en la piel, cansancio, cambios en el estado de ánimo, los nervios y el sueño.[
Además, la microbiota intestinal, que pesa unos 2.7 kilogramos, participa en la estimulación del sistema inmune y colabora en la síntesis de vitaminas, la digestión y absorción de nutrientes para proteger al intestino contra la colonización de los patógenos potencialmente dañinos, por lo que mantener una buena salud digestiva ejerce efectos favorables en el sistema inmune local del intestino.
Descubrimiento
Recientemente se descubrió que el sistema digestivo contiene más de 500 millones de neuronas que están conectadas permanentemente con el cerebro. Un buen cuidado de este órgano, también podría influir en las facultades asociadas a estado de ánimo, ansiedad, entre otros.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, las situaciones de emergencia, como las que se viven actualmente con la pandemia y el aislamiento social pueden tener un impacto negativo en el organismo como la ansiedad. Sin embargo, la neurociencia asegura que la conexión entre un intestino saludable y la función cerebral, podría tener influencia en regular las emociones y por ende, un impacto positivo en episodios de ansiedad y el estrés.
El sistema de comunicación que existe entre el intestino y el cerebro no solo garantiza el mantenimiento adecuado de las funciones gastrointestinales para apoyar el comportamiento y los procesos fisiológicos, sino que también permite que la retroalimentación del intestino ejerza efectos profundos sobre el estado de ánimo, el comportamiento motivado y las funciones cognitivas superiores.
Estudios
Según publicaciones de la Organización Mundial de Gastroenterología, dado el papel central que tienen el tracto digestivo y los órganos conexos en los procesos de digestión y absorción, no debería sorprender que los alimentos que ingerimos tengan interacciones cruciales y complejas con el tracto gastrointestinal y su contenido, incluida la microbiota, la población bacteriana que vive dentro de él.
Se estima que el 70% del sistema inmune se localiza en el intestino, de ahí radica la importancia en el cuidado de este órgano para mantenerlo sano y en equilibrio. Un estilo de vida saludable, una alimentación balanceada y el consumo de probióticos son factores que contribuyen a esto. Sobre todo, si se toma en cuenta que los probióticos tienen la capacidad de restablecer el equilibrio microbiano normal.
“La salud digestiva requiere la presencia constante y suficiente de nutrientes como la fibra y el agua, así como la inclusión de probióticos que favorezcan la flora intestinal. Todo ello junto con la actividad física dentro de la agenda de cada día”, comentó el Dr. Jimmy Ciprian, Gerente de Desarrollo Estratégico de Consumer Health Care Sanofi.
Para apoyar estas indicaciones, se recomienda además, alimentos enteros en vez de procesados, evitar el exceso de alcohol, respetar los horarios de las comidas y las horas de sueño y disminuir los endulzantes artificiales, pues mejorarán la condición del intestino, lo que puede traducirse en efectos beneficiosos y episodios de bienestar.