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Gran revuelo ha causado la inclusión del desgaste profesional por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su nueva “Clasificación Internacional de Enfermedades”, que sirve para establecer tendencias y estadísticas sanitarias.
Muchos comentaban si de ahora en adelante, habría un antídoto para sanarse, por ejemplo, de resfriados, de alergias y también del trabajo. Sin embargo, rápidamente, la OMS hizo un ajuste.
Y es que el anuncio se había hecho este lunes, 27 de mayo, sin embargo, este mismo martes, 28 de mayo, un portavoz de la Organización Mundial de la Salud salió al paso y aclaró que consideraban que el desgaste profesional, comúnmente conocido como burn-out, es un “fenómeno vinculado al trabajo” y no una enfermedad.
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La agencia especializada de la ONU aportó la corrección, al precisar que el desgaste profesional ya estaba incluido en una clasificación precedente bajo el capítulo “Factores que influyen el estado de salud”.
“La inclusión en ese capítulo significa precisamente que el desgaste profesional no está conceptualizado como una condición médica sino más bien como un fenómeno vinculado al trabajo”, apuntó en un comunicado enviado a los medios.Además, precisó que la única definición de desgaste profesional “fue modificada a raíz de las investigaciones actuales”.
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SÍNTOMAS
El desgaste profesional fue descrito como “un síndrome [...] resultante de un estrés crónico en el trabajo que no fue gestionado con éxito” y que se caracteriza por tres elementos: “una sensación de agotamiento”, “cinismo o sentimientos negativos relacionados con su trabajo” y una “eficacia profesional reducida”.
El registro de la OMS precisa que el desgaste profesional “se refiere específicamente a fenómenos relativos al contexto profesional y no debe utilizarse para describir experiencias en otros ámbitos de la vida”.La nueva clasificación, llamada CIP-11, publicada el año pasado, fue adoptada durante la edición de este año de la Asamblea Mundial, la número 72, y entrará en vigor el 1 de enero de 2022. La lista, confeccionada por la OMS, se basa en las conclusiones de expertos médicos de todo el mundo.