¿Qué pasará con los adultos mayores cuando todos volvamos a salir? Esa es la pregunta que muchos se hacen ante el final de la cuarentena. Las personas volverán a trabajar y lo más jóvenes deberán retomar sus obligaciones académicas, pero los mayores de la casa tendrán que ser estrictos para evitar contagios del coronavirus.
Las cifras son muy claras. Hasta el pasado sábado, el 72% de las muertes en Panamá eran personas mayores de 60 años, aunque este grupo etario solo acumule el 15% de los contagios.
A pesar que somos uno de los países en la región con más casos positivos, las autoridades sanitarias panameñas han establecido un una letalidad (2.88%) que está por debajo de la media mundial y la media de Latinoamérica.
Sin embargo, las cifras son críticas para los adultos mayores se disparan hasta un 14.2%.
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Cuidar a los adultos mayores no es un tema que se limite a médicos, enfermeras o aquellos que los cuidan en casa o asilos, sino a todos.
La doctora Ana Belén Araúz, Presidenta de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Panamá (SEIP), pide solidaridad con los adultos mayores.
“Son una población vulnerable y muchos tienen una serie de enfermedades crónicas. Hay que tener cuidados”, expresa Araúz.
La razón a la vulnerabilidad es la disminución en la resistencia del funcionamiento de los pulmones y un sistema inmunológico debilitado para combatir con los virus que ingresan al cuerpo humano.
“En el aislamiento es importante que mantengan el control de sus enfermedades, que tengan sus medicamentos y los tomen de forma adecuada”, añadió.
Hasta que no exista una vacuna en contra del Covid-19, mantener los cuidados de higiene como el distanciamiento social, el lavado de manos o la mascarilla será fundamental para evitar la letalidad en la tercera edad.
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La nueva normalidad no será igual para todos, y Araúz recuerda que hay que ser más cautos. Empresas deberán replantear la condición laboral de las personas de este vulnerable grupo. Trabajar en áreas de menor riesgo o aplicar el teletrabajo.
Pero también advierte de un posible efecto colateral del extremo distanciamiento social. Un alto porcentaje de la tercera edad sufre de enfermedades crónicas, estos padecimientos no pueden ser ignorados y en caso de requerir atención habrá que requerir a centros médicos y no quedarse en casa.
“Los hospitales han tomado las medidas para tratar de mantener ciertas áreas seguras”, comentó. “Quedarse en casa, a pesar de tener manifestación, también los pone en riesgo de mortalidad. Hay que tener un balance”.
Finalmente, Araúz no descarta el hecho de que comportamientos extraños es razón suficiente para solicitar las pruebas de nuestros adultos mayores. No solo limitarse a la fiebre o la tos.
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