El pronóstico de vida era poco favorable, los estudios clínicos reflejaban severos daños en diferentes partes del cuerpo.
Heridas abiertas que pudieron haberse infectado y otras complicaciones más mantenían en estado crítico a Yuri Lydna, quien milagrosamente, la madrugada del pasado 25 de mayo, volvió a nacer.
Esa segunda oportunidad no la tuvieron cinco personas más, entre ellas su mejor amiga Michell Medina Da Silva, de 28 años, quien murió de manera instántanea producto de ese trágico accidente ocurrido en la vía Tocumen frente a Metromall. La hora fatal fue las 3:00 de la madrugada.
Yuri y Michell cantaban la canción “Cuaderno”, del Sech. Iban sentadas en el asiento trasero del vehículo sedán Suzuki rojo vino con placa CI-3202, que era conducido por Andrés.
Su alegría se reflejaba en sus rostros hasta llegar a Los Pueblos. Allí, de manera inesperada, fueron impactados por otro vehículo, causando angustia y luto a familiares y amigos. Allí murieron cinco personas y solo dos mujeres sobrevivieron. Ella fue una de esas.
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Horas antes
Ese 24 de mayo era un día normal para Yuri. Estaba en su casa, ubicada en Pacora, en compañía de su familia, pero su amiga Michell, aquella que conocía desde hacía ocho años luego de trabajar juntas en La Riviera del Aeropuerto Internacional de Tocumen, le dijo que fueran a hacer acto de presencia en la fiesta de su hermano Luis Medina, quien cumplía 23 años. La celebración era en la discoteca Chill Out, en Amador.
Había muchas cosas que tal vez le indicaron que algo sucedería. Ella no asistía a ninguna iglesia, pero justo tres días antes del accidente, en la soledad de su habitación, se arrodilló y le dio gracias a Dios por una oportunidad laboral que se le había presentado. Ella lo estaba esperando.
Esa noche había cosas que se ponían en contra de que yo saliera, dijo.
Tal vez su subconsciente le decía que algo podía suceder.
Vivía lejos del lugar en donde era la fiesta, pero su amiga le insistió por más de tres días para que la acompañara. Solo había estado una vez antes en Chill Out.
Le puse tres peros, que no tenía plata, no sabía qué vestido ponerme y que mi esposo tampoco me dejaría ir. A pesar de todos los contratiempos fui y cuando llegué al lugar no me dejaban entrar porque no había llevado mi cédula.
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Estuve un buen rato afuera de la discoteca, ya que se me había quedado la cédula y no puede entrar con Michell. Después de esperar un rato, finalmente me dejaron pasar. Allí estuvimos todos por espacio de unas dos horas y decidimos regresar.
No recuerda nada
“Fue así como a las 3:00 a.m. todo cambió y volví a nacer”, dijo.
“Dios me dio una segunda oportunidad de vida. De manera inesperada fuimos impactados por un taxi que iba conducido por un joven que acabó con la vida de mis amigos. Desde esa noche no supe más hasta 10 días después cuando recobré la conciencia y me enteré de lo que había sucedido”, comentó a Mi Diario de forma exclusiva.
Como había quedado el vehículo nadie pensaba que habría sobrevivientes. Así lo reflejaban los estudios médicos que me practicaron. Mis probabilidades de daños y repercusiones eran muchas, pues tenía fracturas en la mandíbula, en ambas piernas y en la cervical. Además, en la pierna derecha tenía una herida, como cuando uno corta un filete, señaló.
El diagnóstico no era nada bueno, hasta pensaron que podía quedar parapléjica e inclusive que las costillas podrían perforar un pulmón. Lo cierto es que los médicos no sabían cómo su cuerpo podía reaccionar.
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Además de tener una condición delicada, por más de 13 horas su herida estuvo expuesta a contaminarse con bacterias y causar un daño aun peor. Pese a todo ello, su recuperación es milagrosa.
Un milagro
Todo fue muy rápido, no recuerdo nada. Cuando reaccioné hablaba, pero estaba inconsciente de todo, nada de lo que decía tenía sentido, estaba completamente desorientada, expresó.
Definitivamente que cuando la vida te dispone una nueva oportunidad por voluntad de Dios nada lo puede cambiar, ni los propios médicos se explicaban la evolución que poco a poco iba teniendo.
Para los doctores eran pocas las probabilidades de una rehabilitación total producto de las fracturas que se observaron en la primera tomografía y heridas que refleja mi cuerpo, explicó.
Pero fue todo lo contrario. Un nuevo estudio al día siguiente reveló que la fractura de la cervical y de la mandíbula habían desaparecido. Hoy los médicos aún no tienen una explicación médica, contó esta sobreviviente. “Soy un milagro”, dijo.
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Fueron cuatro las intervenciones quirúrgicas a las que fui sometida, una en la pierna izquierda, dos en la pierna derecha y una en el rostro, donde se me hizo una reconstrucción facial. Aún sigo en tratamiento, limpiándome la herida en la pierna para que sane completamente, especialmente por la parte de adentro, pues aún está abierta, relató.
Necesita ayuda
Yuri se quedó sin trabajo, ya que había renunciado del Banco General para ir a trabajar al BAC, pero no pudo firmar el contrato por el accidente. Los médicos le mandaron anticoagulantes que se tiene que inyectar diariamente en el estómago y su valor es de 46 dólares por unidad, además de alimentación especial.
Solo el destino sabe por qué esta mujer sigue viviendo.