“Yo los maté...", confesó en el 2010. El estadounidense William Dathan Holbert admitió haber asesinado no a una, sino a cinco personas, entre ellas a una familia completa, padre, mamá e hijo, y a todos los enterró en una finca de su propiedad en Bocas del Toro. El fin, según las autoridades, era apoderarse de tierras.
Tras ser señalado entonces como el primer asesino en serie en Panamá y llamado por el apodo de ‘Salvaje Bill’, fue condenado en 2017 a 47 años y un mes de prisión, sentencia que su defensa dijo en su momento que apelaría, ya que debían considerar que él había colaborado en todo momento para esclarecer la investigación del caso, admitiendo su culpa.
Ahora, el Triibunal de Justicia notificó este 7 de octubre a William que su condena no es de 47 años como se había anunciado en su momento, sino de 46 años y 5 meses. Él esperaba fuera menos. Sin embargo, admite que se portó muy mal.
“Creo que muchos esperan escuchar mis quejas o lágrimas. Pero yo me porté muy mal en mi vida libre y así son las consecuencias de hechos malvados”, dijo en una carta abierta enviada a MiDiario.com a través de quien se identifica como su esposa, la chiricana Elizabeth de Holbert.
Por cierto, dijo cuánto ama a su esposa a quien califica como “la chiricana más bella”.
El exSalvaje Bill, de 41 años de edad, informó que ahora es pastor en la Nueva Joya, asignado a la Iglesia del Sector C.
William confesó en 2010, al ser detenido, que había asesinado a cinco estadounidenses a quienes enterró en una finca de su propiedad en la provincia caribeña de Bocas del Toro. Las víctimas fueron Bo Barry Lawrence Icelar, Michael Brown, Manchittha Nankratoke Brown, Watson Seaward Brown y Cheryl Linda Hughes.
"Hoy me notificaron que la Corte Suprema de Justicia me pronunciaron una sentencia de 46 años de cárcel. Creo que muchos esperan escuchar mis quejas o lágrimas, pero yo me porté muy mal en mi vida libre y así son las consecuencias de hechos malvados. Voy a decir a todos que Gloria a Dios y que vive el Rey Jesús”, manifestó William, detenido en la Nueva Joya.
"Aquí, dentro de la cárcel, predico la palabra de Dios. He cambiado mi vida con el perdón de mi rey Jesús. ¡Aleluya!, dijo.
“Dios tiene la palabra final de mi vida. El hombre y sus cortes y cárceles no son más grandes que Jehová”, aseguró.
Dijo estar arrepentido y pidió perdón.
“Me arrepiento de mi vida de pecado y he pedido perdón a las víctimas, sus familias, la sociedad panameña y muevo adelante con mi vida, con mi esposa, familia y mi rey Jesús”, manifestó.
Pidió las oraciones de los cristianos de Panamá. “Que Dios siga utilizando a mi persona como su instrumento y que mi ministerio por Dios crezca... Pido que publiquen esta carta, yo soy el hermano Willam Holbert, pastor del sector C", manfiestó.
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