Lo que debía ser una transacción rutinaria se convirtió en una tragedia para la familia de Jorge Alberto Ávila, un joven de 30 años oriundo de Chitré. El pasado 20 de febrero, Ávila viajó al distrito de Arraiján con la intención de vender su automóvil tras ser citado en el sector de Diablo, en la capital. Sin embargo, su familia perdió contacto con él ese mismo día.
La angustia se apoderó de sus seres queridos, quienes difundieron su fotografía en redes sociales y presentaron una denuncia ante la fiscalía de homicidios de Chitré. Tres días después, el 21 de febrero, su cuerpo fue hallado en un herbazal detrás del cementerio de Ollas Arriba, en Capira, con múltiples impactos de bala en la espalda y signos de golpes en el rostro.
Este caso no es un hecho aislado. En octubre de 2021, Jorge Alexis Beitía y Mickell Karlton Skeeling, residentes de Chiriquí, desaparecieron tras viajar a La Chorrera con $10,000 en efectivo para comprar un vehículo. Días después, su automóvil fue encontrado abandonado en Capira, pero ellos nunca aparecieron. Hasta la fecha, no hay detenidos ni indicios claros sobre su paradero.
En Panamá, la venta de autos a través de plataformas digitales se ha convertido en una trampa mortal para vendedores y compradores. En 2022, la Policía Nacional reportó cuatro homicidios vinculados a estafas en la adquisición de vehículos a bajo costo. Además, el Ministerio Público, mediante la Operación Acarreos F1, logró la detención de al menos 12 personas pertenecientes a un grupo criminal que operaba en Panamá Norte, robando vehículos tipo pickup utilizados para servicios de acarreo y ejecutando a varias de sus víctimas. Uno de los casos más impactantes fue el de Próspero Espino, cuyo cuerpo fue hallado el 24 de diciembre de 2021 en la comunidad de Patria Nueva, corregimiento de Las Cumbres.
Jorge Alexis Beitía Santamaría
Mickell Karlton Skeeling
