De nada sirvió que afuera y adentro de la sala de audiencias feligreses y seguidores del padre separado David Cosca rezaran el rosario, porque al final fue imputado por el supuesto delito de encubrimiento.
Cosca llegó “golpeado” a Plaza Ágora ayer y cuando salió evitó hablar porque adujo problemas en su garganta. Su abogado defensor, Javier Quintero, no pudo evitar que lo imputaran tal como solicitó la Fiscalía por intermedio del fiscal de Homicidios del área metropolitana, Emeldo Márquez.
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La Fiscalía también buscaba que le impidieran salir del país por peligro de fuga y que se notitificara los 15 y los 30 de cada mes, pero no fue aceptado por el juez de garantías, Adrián Hernández.
MÁS DETALLES
La imputación del cura, que fue defendido horas antes de la audiencia del jueves por la Arquidiócesis de Panamá mediante un comunicado, antes y después del homicidio de Eduardo Carlderón, registrado el 7 de julio del 2018, siempre estuvo en “contacto” con Hidadi Saavedra, a quien conoce desde que era monaguillo. Eso lo pudo demostrar el fiscal.
Se conoció que la habitación #47 del Hotel El Panamá, donde ocurrió la tragedia, era conocida por Cosca e Hidadi Saavedra, el único imputado y detenido por este caso, como “la oficina”, porque la frecuentaban desde el 2015. Se supo que esta habitación la pagaba el cura con una tarjeta Visa denominada “four you”. Era cliente frecuente del Hotel El Panamá.
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Se conoció que Cosca tiene siete cuentas bancarias, según el fiscal Márquez, pero el religioso aseguró que solo son cuatro. Una de ellas es por 160 mil dólares a plazo fijo.
Los “contactos” entre Cosca y Saavedra eran frecuentes. Incluso, el propio fiscal Máquez recordó que un amigo de la víctima (Reynaldo Acevedo) precisó que en esta habitación del Hotel El Panamá hacían “poncheras y orgías”.
También salió a relucir que en una ocasión en que el padre Cosca e Hidadi Saavedra se desplazaban hacia Chepo, el sacerdote tomaba seco con leche y hasta fumaba cigarrillos.
MÁS ESCÁNDALO
Después de la tragedia del Hotel El Panamá, donde murió Eduardo Calderón, el sacerdote Cosca se refugió en Cerro Azul, en el Monasterio Santa María. Allí un grupo de sacerdotes lo asesoró para que se comprara un “celular gallito” para hacer sus llamadas y que lo sacarían de la Divina Misericordia para que los periodistas no le hicieran preguntas. Esto lo contó uno de sus escoltas del Servicio Aeronaval.
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CURA HABLÓ
El sacerdote dijo que no sabe si perdió el celuar en el Hospital Nacional o en un taxi, luego que le efectuaron una biopsia.
Se refirió al único imputado como “su hijo” porque trataba de sacarlo del vicio del alcohol, pero no pudo. Aseguró que no sabe lo que pasó esa noche en el Hotel El Panamá. “Yo sigo adelante en la vida, muchas gracias”, así se despidió Cosca ayer de Plaza Ágora. Su chofer no fue imputado y habrá que esperar si se realiza otra audiencia.
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DATOS
Cosca siempre alquilaba la habitación porque decía que iba a confesar a un familiar.
La noche de la tragedia, su chofer lo regresó a su casa a las 10:00 de la noche.
Pasó como una hora en la habitación 47 con Hidadi Saavedra, a quien denominaba su primo.
Las autoridades hallaron en la habitación una toalla húmeda.