El pasado mes de julio pasaron 50 mil migrantes por la selva darienita de 266 kilómetros, y en lo que va del año, de enero, hasta el 4 de agosto, van 258 mil personas. El año pasado, 2022, el flujo migratorio fue 250 mil personas, por lo que se espera que esta cifra pueda triplicarse.
Samira Gozaine, directora del Servicio Nacional de Migración, indicó que es una situación, agregó, que en vez de mejorar ha empeorado, pese a las negociaciones con Colombia, no se ha llegado a acuerdo, no se ha compartido información ni ha habido gestiones que pudieran ayudar a Panamá a manejar el flujo irregular, que se ha incrementado.
“Lamentablemente, Colombia no ha encontrado una forma de ayudar a la región, con el control del paso de migrantes o impedir el ingreso de estas personas por un área fronteriza que es selvática”, indicó la directora Gozaine. Agregó que es una situación que se entiende, pero “Panamá no tiene otra forma para manejar esta crisis, que permitir que sigan su paso. Solo el 1.1% pide refugio en Panamá y los demás quieren continuar de manera libre y sin problemas por nuestro territorio”. Destacó Gozaine.
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Además, explicó que el paso de los migrantes por la selva deja contaminación y basura en el entorno y se vive un drama cruel, en donde madres pagan con sus hijos al crimen organizado para cruzar por este trayecto.
Gozaine, le hizo un llamado a las organizaciones internacionales, para que contribuyan con el orden del flujo migratorio, toda vez que Panamá, que ha invertido dinero para atender a estas personas, no puede tomar decisiones sobre este problema.