Cada vez que un maltratador mata, la sociedad fracasa, el Estado, el sistema judicial y policial y Panamá no escapa de esta realidad donde las boletas de alejamiento no cumplen el objetivo deseado.
Todos los días un hombre hace caso omiso a esa advertencia y arremete por celos contra la vida de su pareja o expareja.
El pasado 14 de noviembre de 2019, un hombre se presentó varias veces al lugar de trabajo de su pareja insistiendo en conversar con ella y en reiteradas ocasiones incumplió la medida de protección, por lo que el Ministerio Público (MP) le impuso la medida cautelar de detención provisional por el delito de violencia de género, luego que este incurriera en acto de persecución de la víctima.
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El MP indicó que las medidas de protección que se le habían otorgado a la víctima eran ineficaces debido a que el hombre desafiaba a las autoridades y anteriormente había tenido que ser aprehendido por 48 horas.
“El imputado rompió en pedazos la medida de protección otorgada a la víctima, señalando que si le daba la gana quemaba la casa”, señala un comunidado del MP.
Por este caso la Fiscalía cuenta con un plazo de 6 meses para desarrollar la investigación.
Urgen los brazaletes electrónicos
La jurista y presidenta de la Fundación para la Equidad de Género (Fundagénero), Gilma De León, ha dicho en reiteradas ocasiones que los delitos de violencia doméstica marcan de primero en Panamá y que la iniciativa de los brazaletes electrónicos como medida para prevenir feminicidios necesita de la voluntad política para ponerlo en ejecución.
El uso de este brazalete, como medida de protección, está contemplado en la Ley 82 de 2013, que adopta medidas de prevención contra la violencia a las mujeres y reforma el Código Penal para tipificar el femicidio, así como en la Ley 63 de 2008, que adopta el Código Procesal Penal. Sin embargo, no ha sido implementado en el país.
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La puesta en marcha de los brazaletes le costaría al Estado 3 millones de dólares, para implementar no solo los brazaletes sino también una estación de monitoreo que pueda ser capaz de detectar en un rango de cinco segundos donde se encuentra la geolocalización de la persona.
En este caso el brazalete será utilizado por el agresor, y la víctima, quien mediante un App podrá recibir una alerta en caso de que este haya sobrepasado el límite de distancia al que puede estar cerca.
En el mes de septiembre del presente año, la presidenta de Fundagénero pidió agilizar la aprobación del proyecto y recalcó que se requiere que se otorgue la implementación lo más pronto posible.