Lo que comenzó como una tarde de alegría y reencuentro terminó en una escena desgarradora en Playa Los Olivos, en el distrito de Barú, Chiriquí. Yamisleth González, de 51 años, nunca imaginó que aquel paseo junto a sus seres queridos sería el último.
Testigos relatan que la mujer, residente de La Espiga en La Chorrera, había viajado a Chiriquí para visitar a su familia cuando decidió darse un baño en el mar. Sin embargo, la naturaleza tenía otros planos. Un fuerte oleaje la atrapó y, en cuestión de segundos, desapareció bajo las aguas.
El pánico se apoderó de la playa mientras sus familiares gritaban en busca de ayuda. Pescadores y otros bañistas intentaron auxiliarla, pero cuando lograron sacarla del agua, ya era demasiado tarde.
Agentes del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) llegaron al lugar para resguardar la escena, mientras que el Ministerio Público se encargó del levantamiento del cadáver.
El mar se cobra otra vida en Chiriquí
Este trágico suceso marca la segunda muerte por inmersión en la provincia en menos de una semana. El pasado lunes, Miguel Ortega, de 72 años, fue hallado sin vida en una isleta del río Chiriquí tras ser arrastrado por una corriente.
Las autoridades han reiterado las advertencias sobre los peligros del fuerte olor en la región, especialmente en zonas no vigiladas por el Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc). De hecho, Playa Los Olivos no forma parte de las 18 áreas de cobertura de la entidad durante la temporada de verano.
Sinaproc ha hecho un llamado urgente a la población para que extremar precauciones al momento de ingresar al agua y evitar exponerse a zonas de alto riesgo.
Mientras tanto, la familia de Yamisleth llora su irreparable pérdida, un recordatorio de que el mar no perdona y que, en un abrir y cerrar de ojos, la tragedia puede tocar la puerta de cualquiera.