Joel Montero, el hombre acribillado la madrugada de ayer, sábado, en los estacionamientos de la discoteca ASHE en Calle Uruguay, Bella Vista, no era el objetivo principal de los sicarios que llegaron al lugar.
Así lo reveló una fuente policial ligada a la investigación al agregar que el blanco era Roberto Bascombe, un hombre en silla de ruedas de 35 años, quien ahora se mantiene en el Hospital Santo Tomás (HST) con cinco disparos.
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Tras ser herido en el atentado él fue auxiliado por el propietario del local de diversión, quien lo trasladó al Centro Médico Paitilla (CMP), y de allí lo remitieron al hospital público.
Alias “Pincky”, como se conoce al sobreviviente, recibió dos disparos en el costado izquierdo y derecho, dedo meñique de la mano derecha y uno más en la rodilla derecha.
Mientras que Montero era su conductor y recibió múltiples heridas en medio del enfrentamiento. Sus homicidas huyeron en una camioneta Toyota Land Cruiser Prado con matrícula 023511, la cual perpetrado el hecho abandonaron con el motor encendido y las puertas abiertas en la calle 55 Marbella.
Personal de Criminalística ubicó en la escena 46 indicios, entre los que destaca un arma de fuego debajo del cuerpo del ahora occiso.
Otros atentados
Fue la tarde del pasado 27 de junio en plena calle 26 de Calidonia que se produjo el otro ataque contra Pincky, cuando sicarios en una camioneta dieron persecución a la Honda CRV blanca en la que viajaba, efectuándole detonaciones al vehículo frente al Banco Nacional de Panamá (BNP).
Pero en esa ocasión resultó herido su conductor, quien fue auxiliado en el Hospital Santo Tomás a donde llegaron a refugiarse.
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También la mañana del pasado 30 de mayo Bascombe fue atacado a tiros afuera de la Corte Suprema de Justicia en momentos en que acudía a una audiencia por pandillerismo.
Por este hecho un hombre de 25 años fue capturado en Los Andes, San Miguelito, y acusado de tentativa de homicidio. Ahora permanece en detención provisional mientras duran las investigaciones.
Refuerzan hospital
La Policía Nacional reforzó la vigilancia en el Hospital Santo Tomás ante esta serie de hechos, que supuestamente tendrían vínculo con la ola de crímenes que se han dado en Los Andes.
