El domingo 13 de octubre cerró con sangre en la comunidad de Dorotea, corregimiento de Cucunatí, en Darién, cuando un altercado entre vecinos terminó en tragedia. Una rencilla familiar que llevaba tiempo fermentándose explotó en un enfrentamiento que dejó a un hombre muerto y otro herido de gravedad. Los testigos quedaron atónitos ante el caos que estalló tras una simple discusión, mientras el eco de los disparos resonaba en el aire. Tres personas fueron detenidas por el Senafront, pero ya era demasiado tarde.
Pandillas: emisarios de muerte en la capital
En el corregimiento de Santa Ana, a las 6:10 p.m. del mismo domingo, otro enfrentamiento —esta vez entre pandilleros— fue el preludio de una nueva tragedia. Una disputa entre las bandas Renta 15 y Pentágono cobró la vida de una joven inocente. Likenerly Villarreal, de 19 años, fue alcanzada por una bala en la espalda durante el violento choque entre los dos grupos.
Víctimas del sábado
El destino fue aún más cruel en Calidonia. En medio de una riña amorosa, una adolescente de 17 años fue alcanzada por una bala perdida. Lo que comenzó como una pelea entre rivales terminó en tragedia cuando el hombre apodado “Niño Lindo” disparó accidentalmente, acabando con la vida de la joven. La otra mujer involucrada en la pelea solo sufrió un leve roce de bala.
Esa misma madrugada, otro suceso enlutó a una familia en Chepo. Roberto Emilio Ávila Salinas, de 56 años, murió a manos de su propio hijo, de 22 años, tras un violento altercado familiar.
Asesinados el viernes
La violencia no se detuvo allí. El viernes por la madrugada fue igual de trágico. Josameth Pomares, un joven de 19 años con un futuro brillante, fue asesinado en Viento Frío, Colón, mientras se dirigía a casa de su abuela.
Más tarde esa mañana, en la vía Panamá Norte, también conocida como el Corredor de Los Pobres, Abdiel Cabuyales, quien realizaba trabajos comunitarios, fue abatido a tiros sin compasión mientras limpiaba en el corregimiento de Ernesto Córdoba.
Ese mismo día, pero en la tarde, otro crimen sacudió la ciudad. Yuriel Bedoya, de 30 años, fue asesinado de nueve balazos en el vertedero de Cerro Patacón, corregimiento de Ancón. Los responsables lo interceptaron y lo ejecutaron sin piedad.