La violencia nocturna se apoderó nuevamente de Torrijos Carter, en el distrito de San Miguelito, donde Gaspar Miranda, un hombre con un oscuro historial criminal, fue asesinado a balazos. El ataque ocurrió a las 9:40 de la noche del 2 de diciembre, cuando vecinos de Curunducito reportaron múltiples detonaciones. Al llegar al lugar, agentes de la Policía Nacional encontraron a Miranda tendido en un charco de sangre con impactos de bala en el rostro.
Miranda, de 40 años, residía en La Chorrera y había llegado al área para visitar a su abuela. Sin embargo, su nombre no era desconocido para las autoridades: fue condenado a 19 años de prisión por homicidio doloso y robo en 2003, protagonizó una fuga de la cárcel La Joya en 2011 y fue recapturado meses después. Según moradores, recientemente estaba trabajando en la zona pintando una casa, pero su pasado parecía perseguirlo.
El crimen es el primero perpetrado en San Miguelito, una de las zonas más conflictivas del país, en el inicio del mes de diciembre y donde a la fecha ya suman 90 homicidios. Mientras las autoridades investigan, los ecos del pasado de Miranda resuenan en un caso que mezcla redención fallida y un trágico final, marcado por el fuego cruzado de la delincuencia.