El caso del separado padre David Cosca deja en los fieles un rosario de interrogantes.
Fue suspendido de sus funciones y deberes como presbítero el domingo 9 de septiembre de 2018. Faltaban 122 días para que llegaran los primeros peregrinos para la Jornada Mundial de la Juventud. ¡Santo!
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Pese al “trago amargo”, la llegada del papa Francisco en enero fue renovadora. No solo por su presencia, sino por sus profundos mensajes a todo el clero centroamericano. Con ellos se reunió en el Casco Antiguo y les dio cátedra sobre el evangelio.
Pero el impacto de su visita pasó muy rápido.
Mientras el Santo Padre se despedía de nuestro país y delegaba en Portugal, tierra de la virgen de Fátima, la sede de la próxima JMJ, en el Vaticano se preparaba una cumbre sobre la pederastia (práctica sexual con niños) en la Iglesia. La agenda incluía: la responsabilidad de los obispos, la rendición de cuentas y la transparencia.
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¡MISERICORDIA, SEÑOR!
Aunque la separación del licenciado Cosca era solo un paso al costado, el escándalo alcanzó a los obispos y les exige mayor tansparencia y rendición de cuentas.
No se sabe con certeza cuándo inició el vínculo del sacerdote con el hoy imputado por homicidio Hidadi Santos Saavedra; pudo ser cuando se convirtió en monaguillo, pero de ello poco se ha hablado. Ese silencio de la Iglesia es lo que ha sido “incómodo” para muchos.
Lo han dejado todo a la “misericordia”, como lo sugieren los evangelios.
Curiosamente, su trabajo pastoral siempre estuvo inclinado a esa doctrina cristiana.
En 1992 fue asignado al templo de la Divina Misericordia (parroquia San Mateo), en Paitilla, en donde se desempeñó por más de 27 años.
En 1997 presentó su tesis de grado en la USMA, titulada: “Ícono de la Divina Misericordia....”. Un fervor polaco propagado después de la Segunda Guerra Mundial y del cual se convirtió en devoto y promotor.
PROCESIÓN DEL SILENCIO...
La Conferencia Episcopal Panameña, máxima autoridad de la Iglesia en nuestro país, ha manejado los escándalos de su clero con hermetismo. La cruz es pesada y nadie se atreve a hablar del tema. (Leer datos).
En la Cumbre Vaticana de febrero sobre la pederastia, el arzobispo panameño, José Domingo Ulloa, declaró a la corresponsal de La Prensa en Roma, Victoria Isabel Cardiel, dos cosas: primero, que en Panamá habían individualizado y resuelto al menos 10 casos de abusos sexuales a menores, no reveló mayores detalles, ni aclaró si hubo que compensarlos económicamente; luego señaló que por estar ocupado en la organización de la JMJ no se había podido reunir con las víctimas, como lo había ordenado el papa Francisco. Lo tenía presente y lo haría pronto, se excusó el arzobispo. Pero nada más se ha sabido.
El diario español El País, con motivo de esa reunión de obispos, publicó un artículo titulado: “Panamá y Honduras, el silencio sobre los abusos se impone en las jerarquías católicas”.
Tal aseveración periodística nos hizo recordar que en agosto de 2009 el sacerdote Teófilo Rodríguez declaró que su obispo en la Diócesis de Colón le “...pidió que hiciera voto de silencio y que se mantuviera bajo perfil...”, refiriéndose al escándalo que se destapó en la Ciudadela de Jesús y María (Howard, Panamá, y Santa Rita Arriba, Colón), en el que el religioso Ríos Valencia aceptó la culpabilidad y resultó condenado en los tribunales de justicia. El paso del tiempo ha enterrado ese tema.
INTERVENCIÓN CANÓNICA
“Mi Diario” pudo conocer que en mayo de 2009 llegó a Panamá una representación del Vaticano, encabezada por el colombiano José Vélez Isaza, para investigar lo ocurrido en la Ciudadela; el enviado de Roma dijo que el resultado de las investigaciones no sería de dominio público por disposición canónica. Otra vez aparece el inquietante silencio.
El obispo de la diócesis de Colón-Kuna Yala, Audilio Aguilar Aguilar, fue señalado por algunos de los afectados como encubridor. Se dijo en ese momento que él sabía lo que ocurría y que se prestó para que no se diera a conocer. El religioso ha evitado hablar del tema.
Este medio tuvo conocimiento de que esta visita canónica no fue la primera intervención a la Iglesia panameña. Al final de la década de los 80, el Seminario Mayor San José fue objeto de una investigación similar.
En esa época el instituto para curas era regentado por los Padres Sulpicianos (una sociedad canadiense dedicada a formar sacerdotes).
Producto de esa investigación, hasta donde se pudo conocer, un número considerable de seminaristas fue expulsado por prácticas inapropiadas; pero también se acusó a los formadores de propiciar ese ambiente con ejemplos nefastos.
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El resultado de las investigaciones tampoco fue dado a conocer y los hermanos sulpicianos se fueron de Panamá.
La nueva camada
Un grupo de seminaristas logró superar esta amarga etapa, recibió el ministerio sacerdotal y hoy están a cargo de distintas parroquias.
Pero los problemas no se fueron con la partida de los sulpicianos; en los últimos años varios presbíteros han malogrado la imagen del catolicismo.
Algunos han tenido que ser separados temporal o permanentemente, otros están bajo investigación; hay quienes han pasado agachados y forman parte de toda clase de mitos y leyendas urbanas. Sigue hablando el silencio.
Enmudecen
Dentro de los casos consultados en esta investigación, se encontró sacerdotes que llegaron a procrear. Cuando el caso involucró a menores de edad, fue encausado y resuelto en los tribunales.
De manera responsable, y salvaguardando la integridad de la prole, se procuró garantizar su manutención y un núcleo familiar completo, explicó a “Mi Diario” una fuente confiable.
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Ante estos escándalos, la Iglesia católica ha preferido el silencio. “Mi Diario” le envió una nota al arzobispo José Domingo Ulloa para conocer su parecer sobre la separación del padre Cosca con fecha del 11 de julio, pero hasta ahora la única respuesta ha sido el silencio.
Curas separados que ya no están en el altar por diferentes motivos:
1. Hermógenes Ovalle Soto
2. Benito Moreno
3. Carlos Ramos
4. Roberto González Chávez
5. Pablo Hernández
6. Jaime Barrera Pérez
7. Dulcidio Daniel Rodríguez
8. Aurelio Moreno
9. Reynaldo Karamañites
10. David Cosca,
Entre otros.
DATOS EN NÚMEROS:
10 casos de abusos ha tratado la Conferencia Episcopal Panameña por el momento.
2 Jóvenes exigieron compensación económica al ser víctimas del clero.
2 testigos acusaron a dos sacerdotes de acoso durante el juicio de Manjarrez, uno fue separado; el otro no.
2 visitas investigativas han ordenado las autoridades eclesiales desde el Vaticano.
1 sacerdote reclamó a la Iglesia compensación económica después de ser destituido.
Busca este lunes 5 de agosto en Mi Diario impreso:
“La imputación de Cosca por encubrimiento”