Tras culminar su turno, el bombero voluntario Donaldy Ortega enfrentó una emergencia que no tuvo un llamado de auxilio como suele pasar, tampoco el sonido de la alarma ni la instrucción de un superior en la estación de bomberos de Boquerón, donde brinda servicios.
El bombero Ortega caminaba próximo al puente elevado en El Cruce de Boquerón, cuando su mirada se detuvo y su corazón se aceleró. A distancia observó a una niña colgada en la infraestructura vial, con la evidente intención de lanzarse al vacío. No dudó ni un instante en intervenir, apresuró su caminar y llegó hasta donde se encontraba la menor de edad.
Al mismo tiempo, el cabo I. Richard Ortiz, de servicio en la Zona Regional Chiriquí, circulaba la vía Interamericana, con dirección a Bugaba. “Venía llegando al Cruce, cuando vi a una joven uniformada afuera de la baranda del puente, a punto de tirarse. Inmediatamente, di la vuelta en “U”, bajé del auto que conducía, incluso intenté parar el tráfico, que por la hora era bastante pesado”, contó.
Casi al mismo tiempo, Quirós, Ortega y una joven uniformada llegaron a donde se encontraba la menor de edad que ya colgaba de la baranda.
Ortega intentó disuadirla hablándole y pidiéndole que no lo hiciera. La niña lloraba y lloraba, mientras seguía colgada. “Traté de estar tranquilo, le extendí mi mano una y otra vez le decía “no lo hagas”.
Finalmente ella le dio su mano, momento que aprovecharon los tres para agarrarla. La abrazaron y le pidieron que confiara en ellos”, comentó la unidad voluntaria en la Zona Regional Bugaba.
Luego de que lograron agarrarla, la colocaron en un lugar seguro y la revisaron para constatar que no tuviera golpes o heridas. Inmediatamente, llamaron a la ambulancia de la Zona Regional de Bugaba y la entregaron a los paramédicos.
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Vale destacar que otras personas que también llegaron al sitio ayudaron para que el rescate se completara con éxito.
El bombero Ortega, quien por primera vez realiza un rescate de este tipo, hizo un llamado a estar más cerca de sus familiares, de sus hijos, apoyarlos y compartir con ellos y siempre inculcarles valores.
Igual pedido hizo su compañero de profesión, el cabo Ortiz. “Le pido a la gente que preste atención a sus familiares, y que todos comprendamos que no hay edad para los problemas”.
“Estoy seguro de que Dios nos mandó a pasar por allí para evitar que la joven se tirara”, señaló el cabo Ortiz, quien dice sentirse “muy contento” de haber hecho algo para que a esa niña no le hubiera pasado nada”.