Colón vuelve a ser escenario de sangre y muerte, y septiembre ha marcado el punto álgido de una ola de violencia que parece no tener fin. Cinco vidas truncadas, con brutalidad y sin compasión, son el saldo de dos semanas donde los colonenses no han podido escapar del horror.
El último asesinato ocurrió el lunes 16 de septiembre cuando Arturo Omar Lee MacPherson, de 37 años, fue acribillado a balazos frente a su residencia en Villa del Caribe, corregimiento de Cristóbal. Pasadas las 7:00 p.m., mientras conversaba con un conocido, pistoleros abrieron fuego sin mediar palabra. Su cuerpo malherido fue trasladado al Hospital Manuel Amador Guerrero, pero los esfuerzos médicos no bastaron para salvarle la vida. Una escena que se ha vuelto tristemente común en esta región que vive asfixiada por la criminalidad.
Tan solo tres días antes, otro joven perdía la vida de forma similar. Julián Alejandro Sinclair Best, de tan solo 19 años, fue atacado por varios sujetos mientras se encontraba en una residencia en Viento Frío, Santa Isabel. Los impactos de bala resonaron en la comunidad costera, donde Sinclair fue trasladado de emergencia al Centro de Salud de Portobelo, donde se declaró su muerte. Seis balazos en su cuerpo fueron el cruel recordatorio de la violencia que acecha incluso en los rincones más apartados de la provincia.
El jueves 12 de septiembre, la comunidad de María Chiquita se estremeció con otro ataque armado, esta vez cobrando la vida de Jossi Daumet González Miller y dejando cuatro heridos. Las víctimas fueron trasladadas a la Policlínica de Sabanitas, donde aún luchan por sobrevivir. Mientras tanto, la Policía Nacional se ve desbordada, y ni el toque de queda parece suficiente para frenar la marea de violencia que sigue arrasando.
No fue el único caso. El martes 10 de septiembre, los vecinos de Altos de Los Portales despertaron con el macabro hallazgo del cuerpo sin vida de Arístides Ayala Cedeño, de 29 años, con seis impactos de bala. La lluvia de la noche anterior había ocultado el sonido de las detonaciones, y su cuerpo fue descubierto al amanecer, otro número más en la creciente estadística de muerte en Colón.
El terror no se detuvo allí. El 6 de septiembre, José Ángel Vásquez, conocido como “Ranguliao”, fue asesinado en pleno día, en la avenida Central de Colón. A pesar del despliegue policial y del operativo inmediato que resultó en la captura de dos menores, la violencia sigue imparable. Con 90 asesinatos reportados este año, la provincia se encuentra al borde del colapso, con ciudadanos viviendo en constante estado de alerta.