En un nuevo episodio de su Plan de Deportación Masiva, las autoridades panameñas, en conjunto con Estados Unidos, expulsaron el martes a 35 colombianos, algunos de ellos con graves antecedentes criminales. Entre los delitos que cargan en su equipaje figuran homicidio agravado, tráfico internacional de drogas y porte de armas, lo que llevó al Servicio Nacional de Migración (SNM) a aplicarles la máxima sanción migratoria por considerarlos una amenaza para la seguridad colectiva.
De los deportados, 31 fueron retornados a Colombia tras detectarse su situación irregular en el país, mientras que los cuatro con historial delictivo fueron escoltados bajo estrictas medidas de seguridad hacia el aeropuerto de Albrook. Desde allí partió el vuelo chárter número 26 de este año, reafirmando el compromiso de Panamá con frenar la migración descontrolada. Hasta la fecha, 936 ciudadanos colombianos han sido deportados bajo este plan, gran parte de ellos interceptados tras cruzar la peligrosa selva del Darién.
Aunque las cifras muestran una disminución del 41% en el flujo migratorio irregular en comparación con 2023, las autoridades aseguran que no bajarán la guardia.