Fría y calculadora. Solo así podría describirse la conducta de los dos jovencitos ya aprehendidos e imputados por su vinculación con el horrendo homicidio del enfermero santeño Francisco Javier Trejos, de 27 años.
La audiencia pública realizada este viernes en Las Tablas, provincia de Los Santos, permitió comenzar a desenhebrar este caso que conmovió a familiares, amigos y conocidos de Trejos y causó una honda preocupación en una región donde hasta la fecha solo se han cometido dos crímenes en lo que va del año.
José Iván, de 21 años; y Juan Carlos Montenegro, de 18, habrían sido, de acuerdo a las pruebas presentadas por la Fiscalía de Homicidios al juez de garantías, los responsables del atroz hecho. Registros de llamadas telefónicas corroboran el contacto con la víctima, la que de acuerdo a la necropsia murió por seis heridas punzocortantes en la cabeza, escoriación en la cara, tórax y abdomen, fracturas, hemorragias en el cerebro y otros traumas internos.
En la cabeza de Trejos se halló un fragmento del cuchillo usado para atacarlo.
Pero, por qué tanta saña hacia este enfermero tan querido por sus compañeros y jefes por el compromiso de trabajo y amor al prójimo.
El pasado sábado 10, en la playa El Estero de Las Tablas, un grupo de pescadores diviso un cuerpo flotando. El día anterior Trejos no llegó a su turno, que se iniciaba en el Hospital Cecilio Castillero de la ciudad de Chitré, en Herrera, a las 3:00 p.m. Eso extrañó a sus compañeros, ya que él nunca faltaba. Atando cabos ya esperaban lo peor.
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Su carro, un Nissan azul con placa BF-8027 fue encontrado el domingo siguiente a las 11:00 p.m. en un camino a Montero, en Guararé. La Policía lo trasladó en grúa para que los forenses hicieran las inspecciones del caso.
En la audiencia también se revelaron detalles interesantes del uso que se le dio a este auto. Por ejemplo, pruebas de ION Scan confirmaron la presencia de rastros de cocaína, heroína y THS (una prueba médica para la tiroide).
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El día de la audiencia estuvieron presente compañeros de Trejos, quienes además de pedir justicia por este atroz hecho comentaron que el jueves 8 de agosto, último día que lo vieron con vida al referirse a dónde iba les comentó: “Hay un awebao invitando a la filmación de un video”.
La declaración de un testigo también fue otro elemento determinante para lograr la imputación. Y es que de acuerdo a este testimonio, los sospechosos llegaron el viernes a una fiesta en la playa El Uverito, en Las Tablas, en el carro de Trejos. La placa del auto no se veía y los presentes les preguntaron de quién era el auto, a lo que estos respondieron que alquilado. Pero como el trago sabe jugar malas pasadas, a las horas Montenegro le comentó a una persona que le habían dado palo a un enfermero y lo había dejado tirado en la playa. Precisamente, el día en que el Ministerio Público y la DIJ capturó a este joven tras un allanamiento, portaba el celular de la víctima, aunque le habían sacado el chip telefónico y le introdujeron otro.
Otras evidencias, como el video de un local comercial en Las Tablas muestra a los ahora aprehendidos paseando por el poblado con el carro de la víctima, con el volumen de la música a todo meter. Hasta una pareja de motorizados “Linces” confirmó haberlos visto. Todo evidencia que los supuestos homicidas del enfermero Trejos supieron ganarse su confianza para abordarlo y luego, tras algún desacuerdo, acabar con su vida de una manera cruel.
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La investigaciones de este caso siguen por seis meses, y de seguro en el interín salen a relucir nuevos detalles.