Lo más difícil para un criminal es ocultar las evidencias que lo puedan vincular al hecho cometido, llámese robo, hurto o un homicidio. Sin embargo, no existe crimen perfecto.
Con tal de no ser descubiertos por las autoridades, los asesinos, luego de cometer el hecho de sangre, se las ingenian y esto fue lo que hicieron sujetos desconocidos contra una mujer que fue hallada semienterrada la tarde del domingo en una finca privada en el sector de San Joaquín.
Los sujetos utilizaron una técnica que ya ha sido usada por otros criminales. El cuerpo de la mujer de rasgos jóvenes, ya cuando estaba bajo varios metros dentro de la tierra, le rociaron cal para provocar la destrucción progresiva de los músculos, nervios y cualquier tejido blando del organismo, pero jamás se imaginaron que un jornalero lo descubriría.
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Era aproximadamente la 1:00 p.m., cuando a un hombre se le escapó un ave de su residencia, por lo que fue en su busca. Cuando ya había caminado varios metros, sintió un fuerte olor que lo hizo llevar hasta donde provenía. Era de una finca privada.
Al acercarse, se sentía el olor más fuerte y en el lugar se podía observar una mano que sobresalía de la tierra húmeda, que había sido removida.
Fue una escena dantesca para el hombre, que asombrado corrió y llamó a la Policía Nacional. Inmediatamente, al llegar las unidades policiales escarbaron y encontraron un cadáver en avanzado estado de putrefacción.
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La Fiscalía de Homicido/Feminicidio del Área Metropolitana está a la espera del resultado de la necropsia para determinar la manera en que la mujer fue asesinada y también a través de una prueba de ADN para dar con la identidad de la misma.
La víctima estaba vestida con un pantalón jeans azul largo y una camisa blanca.