A temprana edad de sus vidas, cuando apenas tienen el deseo de soñar con cuentos de hadas o de divertirse con sus juguetes favoritos, han tenido que vivir un trauma que no solo quedará grabado en su memoria, sino que también marcará su piel para el resto de sus vidas.
La realidad es que los casos de menores lesionados por arma de fuego no son tan comunes, sin embargo, las estadísticas reflejan que desde el año 2015 hasta diciembre del mes del 2019 se han registrado un total de 22 casos de menores que han sufrido heridas por armas de fuego y otros 4 por arma blanca.
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Los últimos casos en donde niños han ingresado heridos de bala han provenido de Curundú y de Barraza. En el mes de noviembre una menor de 9 años recibió un disparo en la costilla izquierda, y el pasado 25 de diciembre una niña de 10 años resultó herida en su pantorrilla derecha y en la espalda.
Estos niños han resultado heridos al quedar en medio de balacera entre bandas rivales, llevándose ellos la peor parte.
Otra realidad
Otra situación que llega a este hospital es la cantidad de niños que son ingresados a las estadísticas por sospecha de maltrato al menor y violencia intrafamiliar. Se hace porque se sospecha que han sido víctimas de maltrato físico, psicológico o sexual, además de negligencia (casos por quemaduras por la manipulación de artefactos pirotécnicos, desnutrición, no seguir algún tratamiento médico y retirar al menor del hospital, etc.)
Cabe destacar que el Hospital del Niño además de brindar atención a todos estos pacientes, cuenta con un protocolo de atención para cuando ingresa el enfermo que haya sido víctima de cualquier tipo de violencia, y que por tratarse de un centro de atención pediátrica, deben ser remitidos a los Juzgados de Niñez y Adolescencia.