Juan Diego Vásquez, que ha dejado de ser diputado tras decidir no buscar la reelección, ha expresado la necesidad urgente de que el órgano legislativo priorice la renovación de su institucionalidad y mejore su imagen, actualmente empañada por controversias de corrupción.
En una entrevista con la agencia EFE, Vásquez destacó que entre los cambios más urgentes está la necesidad de limpiar la imagen de la Asamblea, así como continuar la lucha contra la pobreza y fortalecer la salud pública.
“No puede haber un buen país con una mala Asamblea”, afirmó el diputado, quien ha sido la figura más destacada de la pequeña bancada independiente, compuesta por solo 5 diputados electos en 2019.
Vásquez subrayó la importancia de modificar el reglamento interno de la Asamblea Nacional, el cual calificó como un “bastión de la mala gestión”. Lamentó que su intento de impulsar un proyecto para cambiarlo no superara siquiera el segundo de los tres debates necesarios para su aprobación.
Sin embargo, aseguró que los nuevos diputados están tomando medidas para renunciar a ciertos privilegios estipulados en la legislación interna, como la exoneración de ciertos impuestos y el rechazo a cualquier clase de bono, donación o partida que fomente la opacidad en el manejo de fondos públicos.
“La mayoría de los diputados llegaron a la Asamblea a llenarse los bolsillos, a cuidar sus intereses y los de sus partidos políticos y no los del país”, lamentó Vásquez.
Vásquez atribuyó el éxito de la coalición Vamos al trabajo arduo y a la perseverancia de los miembros de su bancada.
“El pueblo dio un espaldarazo al trabajo duro, difícil e injusto que yo realicé por cinco años”, confesó, recordando las críticas y burlas que soportó de sus colegas y de sectores externos con intereses políticos específicos.
Hace cinco años, Vásquez, recién graduado como abogado y sin experiencia previa en el ejercicio de su profesión, no imaginaba que se convertiría en un líder de la nueva política en Panamá.
Su campaña anticorrupción alcanzó su punto culminante durante las protestas contra un polémico contrato minero en noviembre de 2023, donde se opuso abiertamente desde el principio a la aprobación del acuerdo, adelantándose a las masivas manifestaciones en rechazo a la minería a cielo abierto.
Tras la derrota de los partidos tradicionales y el auge de las candidaturas independientes en las últimas elecciones, el presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, reconoció a Vásquez como el líder de la oposición durante su discurso de proclamación.
Sin embargo, Vásquez rechazó este calificativo, asegurando que no se puede ser oposición a un Gobierno que aún no ha comenzado.
Para el período 2024-2029, Vásquez aseguró que no ocupará ningún cargo público, pero se mostró dispuesto a orientar a la nueva bancada independiente.
“Yo voy a ser orientador y guía en la medida que ellos quieran”, afirmó, aceptando los resultados de las elecciones que dieron la victoria a Mulino, sucesor del expresidente Ricardo Martinelli, actualmente asilado en la embajada de Nicaragua en Panamá tras ser condenado a más de 10 años de prisión por blanqueo de capitales.