“He logrado sacarlos del fuego donde se encontraban”.
Así se refirió con dolor el indígena José González al rescate de dos de sus hijos pequeños --una de cinco y otro de siete-- de un lugar donde operaba una secta a la que se atribuyen los siete cadáveres encontrados en una fosa la víspera --presuntamente víctimas de un culto-- en una zona indígena remota de Panamá.
Es la resignación para este hombre en medio de una tragedia familiar dantesca: su esposa y cinco hijos se cuentan entre los siete cadáveres exhumados en la comunidad de El Terrón, en la comarca indígena Ngabé buglé, al occidente del país.
Unidades de la fuerza pública acompañaron el jueves a González al hospital de esta ciudad de la provincia de Veraguas, en el centro del país, para que a su niña rescatada se le practicasen unos exámenes a fin de detectar si tenía alguna fractura.
Este hombre no encontraba explicación sobre lo que pasó en su pueblo.
González, de 39 años, se queja de que el arribo de las unidades de seguridad demoró y ello lo atribuye en buena parte a que El Terrón está aislado e incomunicado.
“Busqué auxilio con las autoridades, pero no me respondieron. Al no responderme, perdí todo”, aseguró sentado en una sala vacía del hospital, con un pantalón corto, en chancletas y con las piernas y pies embarradas de lodo.
Explicó que su familia fue sacada el lunes de su casa por miembros de la secta a la fuerza mientras él se encontraba trabajando en el huerto, donde cultiva yuca, ñame y arroz.
“Los decapitaron”, señaló. Dijo que ayudó a sacar a su niña de cinco años, que sufrió golpes en el cuerpo y a su hijo de siete. Otro de sus hijos, de 15 años, logró escapar también con golpes en su cuerpo.
“Quisiera llegar esta misma tarde para estar con ellos”, señaló González, quien antes del anochecer salió con su hija del hospital acompañado por policías.
“Necesito que el gobierno apoye a las personas que están más lejos en áreas de difícil acceso y donde hay que caminar tanto”, suplicó.
LÍDER COMARCAL SE PRONUNCIA
Algunos líderes indígenas llamaron a las autoridades a combatir ese tipo de sectas en sus regiones.
“Exigimos la erradicación inmediata de esta secta satánica que contradice todas las prácticas armoniosas y espirituales contempladas en las sagradas escrituras”, dijo el dirigente de la Comarca Ngäbe Buglé, Ricardo Miranda.
Muchos de los rescatados presentaban golpes y fueron trasladados a un hospital de Santiago, donde el jueves acudió González con su pequeña hija.
La llamada Iglesia del Dios Vivo Columna y Apoyo de la Verdad “La Luz del mundo” negó en un comunicado que esté vinculada con esos actos.