El foro Visión 2020 del diario La Prensa y Martes Financiero contó con la presencia de los ministros Héctor Alexander y Alejandro Ferrer, quienes expusieron temas de actualidad.
El primero en exponer fue Alexander, titular de Economía y Finanzas (MEF), quien dio a conocer la realidad del déficit al que se enfrentó el gobierno del presidente Laurentino Cortizo Cohen.
Alexander dio un pantallazo de las deudas y la situación económica que afronta Panamá y finalizó con las medidas que se están adoptando para revertir el momento.
El incremento de la deuda pública total del 2019 fue de 5 mil 331 millones de dólares, respecto al año anterior. En este momento Panamá tiene una deuda que asciende a 31 mil millones de dólares.
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La estimación propuesta para el 2020 es de mil millones adicionales y de acuerdo al presupuesto Ley, el déficit del Gobierno Central del año actual será de 2 mil 214 millones de dólares.
En relación al Producto Interno Bruto (PIB) real de Panamá se espera que pase del 3.0%-3.5% (2019) al 4.0%-4.5% (2020).
Alexander sustentó con el ingreso de la minería de cobre a Panamá que podría impactar en 1% adicional. También valoró el impacto que habrá con el bono solidario y el aumento en la cobertura del interés preferencial.
“El bono solidario es una versión que se realiza a nivel de todo el país y tiene un efecto multiplicador de cinco...y ya algunos banqueros han reanudado los prestamos con interés preferencial”, expresó.
También dijo que las Asociaciones Público Privadas (APP) y proyectos como ampliación Tocumen, el Centro de Conveciones y la Terminal de Cruceros impactarán en la economía panameña.
“Tengan confianza. Hay señales de que vamos en la ruta correcta y sabemos de sobra que el crecimiento depende del sector privado”, finalizó.
Por su parte el ministro de Relaciones Exteriores, Alejandro Ferrer, manifestó que Panamá necesita una política exterior que le permita al país ser relevante.
“Es muy importante ver como nos proyectamos y nos hacemos relevantes, nuestra supervivencia, nuestro éxito depende de mantenernos relevantes y competitivos y por ende nuestra Cancillería tiene que tener una vocación de servicio y trabajar por desarrollar esa política exterior que defienda los intereses nacionales que represente a todos los panameños y que recupere ese prestigio y ese espacio que se ha ocupado históricamente en el escenario internacional”, acotó.
Ferrer indicó que el contexto global y regional en el que se encuentra inserta la política exterior y las relaciones en estos momentos está caracterizado por cambios geopolíticos muy profundos, por un entorno donde las demandas sociales a los gobiernos se han diversificado, profundizado, masificado y radicalizado.
“Para cumplir con la expectativas que tienen nuestra sociedades se requiere reconocer que ya las políticas públicas no pueden ser diseñadas de una manera exclusiva por los gobiernos, el mundo actual es un mundo en el que el poder está disperso y va más allá de esa antigua biopolaridad de la Guerra Fría o una tripolaridad económica posterior y se ha abierto espacio a poderes emergentes donde juegan actores que no son gubernamentales”, aseveró.
El Canciller de la República expresó que en estos momentos de drásticos cambios en los centros de poder, de tensiones en el intercambio comercial y específicamente en una sociedad inmersa en el conflicto social, es necesario una política exterior esencial para asegurar sociedades prósperas y pacíficas y así evitar condenar el crecimiento económico de los países de la región.
“El reto nuestro como gobierno consiste en ser fiscalmente responsables y ejecutar las políticas públicas adecuadas sin desatender a una población que cada vez se siente más marginada y que cae a veces en la desesperanza y que rechaza el sistema democrático ante una falta evidente de soluciones. La inequidad que persiste en nuestro país llama a la urgencia de un crecimiento y un desarrollo económico inclusivo y eficiente y por eso es que nosotros desde Cancillería debemos apoyar esa agenda de desatollo económico y social con una política exterior dirigida a defender y proteger los intereses de Panamá”, subrayó.
Sostuvo que se deben tomar acciones que ayuden y contribuyan al desarrollo económico y que tengan un impacto positivo en la inversión extranjera y que cree a su vez oportunidades, empleos y crecimiento.
“Debemos reorientar esa política exterior para que realmente podamos ayudar a nuestros productores a conquistar los mercados internacionales y a que los productos panameños lleguen a otras latitudes. Cuántas veces nosotros como panameños nos hemos preguntado en una reflexión muy profunda ¿qué curso hubiese tomado nuestra historia, cómo sería Panamá hoy si no se hubiesen firmado los Tratados Torrijos-Carter?”, reflexionó.
Destacó que Panamá ha dejado en el ámbito diplomático una huella significativa, pero que tiene que existir una estrategia clara y una política exterior creativa y proactiva.
“No podemos darnos el lujo de participar en las discusiones globales y regionales sin que haya realmente una estrecha interconexión entre nuestra política exterior y nuestra estrategia de desarrollo económico. Panamá ofrece ventajas excepcionales por ser el país más interconectado del hemisferio, tenemos un sistema financiero sólido que nos posiciona como un destino clave para los negocios y las inversiones y eso ha permitido que en los últimos 20 años Panamá tenga una de las economías con mayor crecimiento en la región”, apuntó.
Añadió que el país ha alcanzado una de las economías per cápita más altas de América Latina y que somos uno de los principales receptores de inversión extranjera directa per cápita en la región, pero junto con esa realidad somos el séptimo país más desigual del mundo, el cuarto en la región.
“Nuestros indicadores en salud y justicia frenan nuestro potencial. Actualmente enfrentamos nuevos retos y desafíos y está en juego el futuro mismo del país y por eso los panameños tenemos que procurar unir fuerzas para restituir nuestra autoestima y recuperar nuestro orgullo nacional”, exclamó.
Los Panama Papers afectaron al país y su imagen
El ministro de Relaciones Exteriores reveló que la Cancillería de la República está realizando algunos esfuerzos para enfrentar los nuevos retos que se avecinan, entre ellos están implementando el Plan Misión Panamá, el cual tiene como objetivo el rescate y promoción de la imagen de Panamá a nivel mundial.
“Los Panama Papers y la inclusión en diversas listas discriminatorias y las bajas calificaciones recibidas por los organismos clasificadores han traído como consecuencia una narrativa sumamente crítica y negativa a nivel internacional que ha causado un daño a la reputación de Panamá con efectos negativos no lo en la industria de servicios financiero, bancarios, legales; si no realmente han afectado la imagen de Panamá como un destino receptor de inversiones”, consideró.
Ferrer explicó que ante esa realidad el país no puede mirar hacia otro lado como si nada.
“Ese termino Panama Papers es incorrecto, ese escándalo mediático no parece reparar la realidad de que más del 75% de esos vehículos, esas sociedades no eran panameños, en que los fondos no estaban en bancos panameños y que los beneficiarios últimos de esas sociedades tampoco eran panameños. Se afectó a un país y se afectó su imagen y es injusto, pero ese debe quedar en el pasado”, sugirió.
Pidió que se exija y se evalúe al país de una manera justa y no por consecuencias mediáticas y políticas.