Luego de más de un año de padecimientos, los sobrevivientes y familiares de las víctimas de la masacre en el búnker de Espinar, en la provincia de Colón, ven la justicia llegar con el castigo a los responsables. Y aunque la decisión podría representar una especie de cierre para ello, hay preguntas que nunca llegarán a ser saciadas.
¿Qué lleva a unos jóvenes a cometer hechos tan atroces? Es solo una de esas interrogantes que pareciera que parte de la sociedad no está interesada en que se resuelvan.
Ello es grave en un país que tiende a volverse violento y donde se observa con más frecuencia a menores de edad involucrados en hechos de sangre donde sus víctimas suelen ser otros adolescentes como ellos, mujeres y hasta niños.
Esa es la parte de la lucha contra la delincuencia que las autoridades vinculadas al tema no terminan de entender: es difícil erradicar un mal si se desconoce su origen y qué lo causa. Y a menos que no se entienda y corrija esa premisa, lo que se haga humanamente y los recursos que se inviertan serán insuficientes.