Nuestro país ha pagado un alto precio económico y de vidas humanas por la politización y el pésimo servicio de transporte selectivo y de pasajeros. Sobran los malos ejemplos.
Pero como era de esperarse, los insaciables dirigentes de la Canatra se fueron a la Presidencia para buscar padrinos políticos y parece que los encontraron. Allí el sonriente vicepresidente de la República les prometió que se les daría una solución sin afectar a las partes.
Horas después, el Tránsito emitió un comunicado urgente para sorprender al país que el cobro en efectivo de Uber quedaba suspendido al igual que la extensión de ese servicio por el resto del país. ¿Y el fallo de la Corte, que es final, definitivo y de obligatorio cumplimiento?
Parece que el “vice” y el Tránsito se valieron de una aclaración de sentencia para dejar sin efecto el decreto y prometerles a los taxistas, con tremendo cálculo electorero, que van a frenar a Uber. ¿Y qué de los usuarios y la modernización del transporte?
Queda claro que se atreven a desafiar la institucionalidad y eso es grave. No se extrañen que estos mismos que desafían un fallo de la Corte pacten con el expresidiario para que en este país no pase nada.