Cerca de una docena de migrantes han muerto en lo que va de 2021 en el Darién, la peligrosa selva fronteriza entre Panamá y Colombia, la ruta usada cada año por decenas de miles de personas de todo el mundo que viajan de manera irregular hacia Norteamérica, informó este domingo el ministro panameño de Seguridad, Juan Pino.
El Ministerio Público (MP) ha abierto investigaciones tras el hallazgo de al menos siete cadáveres de migrantes en ríos en la frontera con Colombia, y los primeros indicios señalan que habrían muerto ahogados dada la crecida de los cauces por las lluvias de acuerdo con información oficial.
La Fiscalía también investiga la violación de dos menores migrantes, de 12 y 16 años, un caso denunciado por la Defensoría del Pueblo cuyo titular, Eduardo Leblanc, dijo que ya había cinco personas capturadas por este hecho.
Muchos migrantes reconocen los peligros de la selva y han relatado que han visto morir a compañeros de viaje por la inclemencia de la naturaleza, pero también denuncian que son víctimas de delincuentes que cometen asaltos y violaciones contra ellos.
Pino aseguró que el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) ha realizado “dos operaciones exitosas” en la que se ha detenido a “ciudadano colombianos”, en un número que no precisó, que “atacaban” a los migrantes en tránsito, y que algunos de ellos ya fueron condenados por la Justicia local.
El Ministerio de Seguridad informó que Pino realizó el domingo un recorrido por el Darién, donde las autoridades afirman haber reforzado la seguridad desde el pasado 20 de mayo, cuando el Gobierno panameño cerró las fronteras terrestres, marinas y fluviales con Colombia en razón de la salvaguarda de la salud de los panameños en medio de la pandemia.
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Cerca de 17 mil migrantes han cruzado Panamá
Pino dijo que “en lo que va de año han transitado por Panamá aproximadamente 17 mil migrantes”, que han recibido un “trato humanitario” en el marco de la estrategia de “flujo controlado” que aplica el país desde hace unos 5 años.
El creciente número de migrantes registrado en los primeros meses del año obedece a un comportamiento cíclico asociado a la época seca que facilita el paso por el Darién, explicó en mayo pasado el jefe de la Misión para Panamá de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Santiago Paz.
Bajo el esquema de flujo controlado que aplica Panamá desde hace varios años, los migrantes son llevados a estaciones migratorias situadas en la frontera con Colombia (Bajo Chiquito, Lajas Blanca y San Vicente), y cerca de los límites con Costa Rica (Planes de Gualaca), donde se toman todos sus datos y reciben asistencia alimenticia y médica.
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Las autoridades locales e internacionales han señalado que la gran mayoría de esta población en tránsito es haitiana, en muchos casos familias enteras que salieron de la isla tras el terremoto de 2010 y estuvieron afincados en Brasil y Chile.
También hay ciudadanos cubanos y de países de Asia, África y también algunos suramericanos. Todos persiguen el “sueño americano” en el norte del continente.