Las lluvias en Panamá no perdonan, y el Ministerio de Obras Públicas (MOP) lo sabe. Ante el riesgo latente de inundaciones, cuadrillas de la División Metropolitana de Vialidad (Metrovial) han desplegado maquinaria pesada para ejecutar un dragado intensivo en los ríos Tapia y Tocumen.
En un operativo a contrarreloj, palas mecánicas y tractores se abren paso entre toneladas de sedimentos, maleza y basura que obstruyen estos afluentes, poniendo en peligro a comunidades enteras.
El río Tapia, arteria vital de la Cuenca Hidrográfica No. 144, es un punto crítico por su conexión con el río Juan Díaz, una de las zonas más afectadas por inundaciones en la capital. En tanto, el río Tocumen, con su trayecto de 24 kilómetros hasta la bahía de Panamá, arrastra en su cauce el peso de seis afluentes que pueden desbordarse sin previo aviso.
Ambos ríos, con sus cauces congestionados por el abandono y la contaminación, representan un peligro inminente si no se realizan trabajos preventivos a tiempo.
El MOP no quiere esperar a que la naturaleza cobre factura. Este plan de dragado y canalización es parte de un programa continuo que busca reducir los riesgos en diversas cuencas hidrográficas del país. Sin embargo, los residentes temen que, si las lluvias se intensifican, el agua vuelva a abrirse camino sin control, arrasando con todo a su paso.