La edad no ha sido una limitante para María Antonia Valdés, una abuela de 88 años que está aprendiendo a leer y a escribir, gracias a la curiosidad que siente por saber lo que dicen algunos textos de la Biblia.
Esta hermosa abuelita que se caracteriza por su gran sabiduría, es originaria de la comunidad de La Loma del Ranchito en Las Minas, provincia de Herrera, y en su niñez no tuvo la oportunidad de estudiar.
Doña María es un claro ejemplo de “el que quiere, puede” y gracias al apoyo de sus nietos y bisnietos, no pierde la esperanza de dejar atrás el analfabetismo.
“Ella tiene fe en Dios y le pide que le dé la oportunidad de leer aunque sea pequeños textos, está animada porque sabe que el Señor le va a conceder ese deseo antes de morir. Hoy día muchos jóvenes tienen las herramientas y los recursos para recibir una educación, mi abuela no tuvo esa oportunidad, pero sus ganas son tan grandes que ella afronta con la mejor actitud ese gran reto que tiene por delante, solo hay que tenerle paciencia”, expresó Ilka Acosta, nieta de María.
Esta abuelita que llegó a La Nicora de Bayano en 1951, no puede quedarse quieta y ama ser útil a su familia, cose, siembra, tira machete parejo y le encanta hacer tamales y bollos.
“Mi abuela es como un hombrecito, ella lo sabe hacer todo. Gracias a ella mis cuatro hermanos y yo sabemos hacer de todo, a tal punto que lo que nos tire la vida, lo vamos a saber hacer... Mi abuela es una mujer guerrera y le gusta que cuando organiza alguna actividad todo tiene que estar bien hecho y a tiempo”, manifestó Ilka.
“María Antonai” como le dice cariñosamente uno de sus nietos, ama la siembra de yuca, ñame, frijoles y la cosecha de café, donde una vez recolectados los granos, se encarga de seleccionar los mejores para molerlos y preparar su propio café.
“La tradición la trae desde que vivía en Las Minas y la siguió poniendo en práctica en La Nicora, donde siembra y recolecta café, ella dice que para qué comprar, cuando nosotros mismos lo podemos producir, por lo que se recolecta, se seca y tenemos café para todo el invierno y el verano”, contó Ilka.
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Su historia es un ejemplo de vida e inspiración para muchas personas pues esta abuelita no deja que nada la detenga para conquistar todas las metas que tiene trazadas en su vida. María Antonia Valdés demuestra que cuando hay ganas de seguir creciendo nada puede detenerte.
“Ella es una caja llena de amor, tiene amor para todo mundo, es el tesoro más valioso que tenemos en la familia, es la felicidad de nuestras vidas, nosotros somos felices, si ella es feliz y hacemos todo lo que está a nuestro alcance para que ella esté bien”, señaló Ilka.