El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, ha señalado la necesidad de una transformación en la administración del Aeropuerto Internacional de Tocumen, sugiriendo que la concesión podría ser la clave para mejorar la infraestructura y resolver las deudas acumuladas de la terminal.
Durante una visita reciente a Francia, Mulino expresó que la principal terminal aérea del país requiere urgentemente una tercera pista y más puertas de embarque, y que el sistema actual no es suficiente para satisfacer la creciente demanda.
El mandatario explicó que los gobiernos anteriores dejaron un legado de problemas, incluyendo irregularidades en la gestión y deudas significativas, lo que ha llevado a su administración a considerar la concesión de Tocumen, así como de otros aeropuertos regionales en Colón, Río Hato y David.
“Quiero concesionarlo, les soy honesto. Todos los países del mundo, salvo contadísimas excepciones, funcionan con empresas dedicadas a la gestión aeroportuaria”, afirmó.
El presidente también mencionó que ya se han encontrado evidencias de manejo irregular de planillas y contratos en la administración actual del aeropuerto, lo que refuerza la necesidad de un cambio en la gestión. Mulino reveló que el proceso de concesión de Tocumen podría tomar alrededor de tres meses, aunque no especificó cómo se llevaría a cabo.
En cuanto a la situación financiera, el Aeropuerto de Tocumen genera ingresos principalmente a través de tarifas cobradas a las aerolíneas, así como por impuestos de salida de pasajeros.
Este año, se espera que los ingresos superen los 400 millones de dólares, gracias a un aumento en el número de pasajeros, que ya alcanzó más de 14.3 millones en los primeros nueve meses de 2024. Sin embargo, la deuda acumulada en bonos asciende a 1,709 millones de dólares, lo que ha generado preocupación sobre la sostenibilidad financiera de la terminal.
Los detalles sobre qué empresas podrían estar interesadas en la concesión de Tocumen no se han confirmado, aunque grupos como Vinci Airports y Aena han mostrado interés en operar aeropuertos en la región.
Mientras tanto, la comunidad empresarial se mantiene expectante ante los planes del gobierno, que busca ofrecer una solución efectiva y sostenible para la principal puerta de entrada de Panamá al mundo.