Panamá y Costa Rica unieron esfuerzos y acordaron líneas de acción estratégicas para preservar la cuenca del Río Sixaola, frente al cambio climático.
En esta zona habitan poblaciones originarias en situación de vulnerabilidad, las que cada vez son más impactadas por las consecuencias del cambio climático.
El pasado viernes 24 de septiembre se realizó el encuentro binacional: Acelerando los vínculos entre el desarrollo y el cambio climático en la Década de la Acción: No dejar a Nadie Atrás en la cuenca del Río Sixaola, el cual tuvo como objetivo acordar las acciones de intervención para esa zona limítrofe entre ambos países.
En el encuentro participaron el vicepresidente de Costa Rica, Marvin Rodríguez Cordero; y la ministra de Gobierno de Panamá Janaina Tewaney, con el apoyo del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).
Como resultado del encuentro se presentó un memorándum de entendimiento entre el Sistema Nacional de Protección Civil de Panamá y la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias de Costa Rica, que será analizado próximamente por las autoridades respectivas para su estudio y firma. Además, se reiteró la importancia del mecanismo del Convenio Binacional Costa Rica-Panamá y la necesidad de fortalecerlo y de apoyar la formulación de un próximo plan estratégico en futuras reuniones.
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Así mismo, se presentaron propuestas binacionales en las áreas de turismo, gestión del riesgo y desarrollo sostenible. Las agencias de Naciones Unidas mostraron su disposición para fortalecer su alcance en estos temas mediante la coordinación y el trabajo conjunto, para asegurar intervenciones en favor del bienestar de quienes habitan en la cuenca del Río Sixaola.
El vicepresidente Rodríguez expresó que as poblaciones fronterizas enfrentan muchos retos sobre los cuales hay que trabajar colaborativamente, tanto a lo interno de nuestros países como desde el ámbito binacional y posibilitar las oportunidades para que todos tengamos condiciones de vida dignas, es decir “no dejar a nadie atrás”, debe ser nuestra máxima aspiración, puntualizó.
Mientras Harold Robinson, director Regional de UNFPA para América Latina y el Caribe. señaló ‘Talamanca y Changuinola son tierras de indígenas bribris, cabécares, chibchas, ngäbe bugles, y personas afrocostarricenses y afropanameñas, donde las diversidades étnicas se funden en un crisol de razas, de cultura, de historia y, de ancestros multidiversos y culturales. Son a la vez, poblaciones que más se están quedando atrás y donde se concentran las mayores desigualdades que hoy aumentan por los impactos de la pandemia COVID-19 y por los implacables efectos del cambio climático.’