Pocas organizaciones sin fines de lucro trabajan por los “pelaos” del país.
El segmento de la juventud no es fácil en ninguno de los aspectos, pero son el futuro inmediato de Panamá. Ellos enfrentan necesidades, pero el mundo también les pertenece.
Por ello, Carmen de Broce, secretaria de la actual junta directiva de Cospae, es una de las apasionadas por la educación y formación de los “muchachos” en todas las regiones del país.
La representante de Cospae se siente optimista, pero coincide en que el problema principal del país es la educación.
A los pelaos de hoy. Los millennials pueden ser nuevos héroes de Panamá
“La delincuencia y la corrupción nos han impactado, pero hay mucho que trabajar para cerrar la brecha de la educación”.
La especialista confirmó que el desempleo tiene cara de jóvenes porque el promedio de edad de los nuevos empleos es de personas con 53 años.
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“Los jóvenes están totalmente fuera y por ello estamos trabajando para canalizar más recursos, atraer confianza porque Cospae ha demostrado que es eficiente en eso y vamos directo a los jóvenes”, comentó.
El aspecto de los “millenialls” no podía quedar por fuera.
Para Broce, los “millenialls” no son buenos ni malos, son abiertos, no planifican, les gustan los retos y entonces lo que deben hacer el mercado laboral y la educación es crear un balance para ir adaptándonos a los cambios.
Coincidió en que ya “un diploma” de por sí no basta, lo que se requiere es una experiencia educativa, que desde pequeño se enseñe a adaptarse, resolver problemas y que los muchachos tengan capacidad de análisis, concentración, entendimiento y que puedan aplicar los conocimientos en sus áreas.
“Son tiempos de cambios y la tecnología no nos está dejando sin empleos, sino que hay una nueva forma para tenerlos y por eso se requiere planificar”, comentó.
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Resaltó que los millenialls permanecen en los empleos cuando están motivados, retados, cuando no hay secretismo, la información es abierta y todo se comparte. No los atrae los horarios, los pupitres, sino que pueden ser útiles, que los reconozcan, que pueden resolver problemas y aportar.
Por ello, dijo Broce, hay que planificar en educación y comenzar primero para decidir qué profesiones necesita el mercado y si ya no se requiere tener más abogados o periodistas, pero sí contables bilingües, matemáticos, enfermeras, biólogos, expertos en cuencas, técnicos logísticos y otros.
A su juicio, lo vital son los docentes y la capacidad que tenga el Estado para diseñar políticas a largo plazo.
Por ello, sostuvo que en Cospae siguen ejecutando programas y la intención es que estén en todo el país porque no se puede concentrar todo el esfuerzo en la ciudad capital.
También abogó para que las autoridades educativas, universidades y sector privado puedan tener datos y estadísticas reales sobre los profesionales que produce y que necesita el país. Esto ayudaría a impactar muchas áreas y a mirar el futuro con responsabilidad y optimismo. Hay mucho por hacer, insistió.