Hace una década, el 1 de abril de 2014, dos jóvenes holandesas, Kris Kremers y Lisanne Froon, partieron en una excursión por el sendero El Pianista en la cordillera de Talamanca, entre las provincias de Chiriquí y Bocas del Toro, en Panamá. Su intención era aprender español y trabajar como voluntarias con niños, pero nunca imaginaron que ese día sería el último que se les vería con vida.
Las circunstancias de su muerte siguen sin resolverse, y aún persisten preguntas sobre qué sucedió realmente. ¿Por qué se aventuraron sin un guía? ¿Hubo alguna mano criminal involucrada en sus muertes?
Las dos amigas llegaron a Panamá en marzo de 2014 y recorrieron el país antes de establecerse en Bajo Boquete, Chiriquí, donde planeaban quedarse un mes para trabajar como voluntarias. El 1 de abril, decidieron emprender una caminata por el sendero El Pianista, pero nunca regresaron.
La búsqueda de Kris y Lisanne movilizó a las autoridades y a sus familias, quienes ofrecieron una recompensa por cualquier información que pudiera llevar a su paradero. Dos meses después, se encontraron algunas pertenencias y restos óseos que fueron identificados como pertenecientes a Lisanne Froon.

Las fotografías tomadas por las chicas confirmaron que llegaron a la altiplanicie a salvo, pero en lugar de regresar, se adentraron en la jungla por un sendero desconocido. Hipótesis sugieren que podrían haber buscado unas cascadas, pero nunca se supo con certeza qué las llevó a alejarse de la ruta.
La desaparición de Kris y Lisanne dio lugar a teorías sobre posibles causas, desde organizaciones criminales hasta tribus caníbales. Además, otros casos de personas desaparecidas en la zona aumentaron la especulación sobre la seguridad en la región.
A pesar de que la investigación oficial terminó en 2015, nuevos materiales y testimonios continuaron surgiendo en línea, alimentando el misterio que rodea la desaparición de las holandesas.