El infectólogo Xavier Sáez Llorens admitió que ha estado pensando en retirarse de la palestra pública y dejar la asesoría ad honorem del Ministerio de Salud, ante solicitud de sus seres queridos.
El doctor dijo que esto a raíz de ser el blanco de “francotiradores de odio”, y ante acusaciones temerarias y versiones falsas que circulan sobre la pandemia.
Sáez Llorens confirmó a Mi Diario la solicitud de sus familiares y reveló que ya lo meditó.
Luego de meditarlo “con su consciencia, familia y amigos", decidió continuar en el equipo asesor en busca del bienestar del país.
Pese a que admitió que hay cosas que le incomodan, al final, decidió seguir con su labor ad honorem en la asesoría del Minsa en la lucha contra el mortal covid-19.
“Me molesta que gente, supuestamente conocedora en materia de salud, en sus 10 minutos de fama frente al micrófono, haya expresado conceptos distorsionados de la realidad”, manifestó el doctor, aclarando que, para su concepto, el aumento de casos de infectados por covid-19 no guarda estrecha relación con la apertura del grupo 1 en la reactivación económica.
“En ciencia no se improvisa, se decide analizando las evidencias del momento. Los datos epidemiológicos colectados a la fecha indican que la apertura del primer bloque ha tenido un nulo o mínimo impacto en la evolución actual de la pandemia; el aumento de casos ha estado relacionado a conglomerados difíciles de controlar, focos comunitarios específicos y retrasos en resultados de muestras viejas. No obstante, es de esperar que aumenten los casos, como ha sido la tónica mundial, pero lo importante es el monitoreo para no arriesgar la capacidad hospitalaria hasta ahora mantenida”, dijo.
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Además, le pareció temerario que se opine que se han dejado presionar, sin importarle el número de posibles nuevos muertos.
“Nadie del grupo asesor, e incluyo al equipo ministerial, se ha dejado presionar por grupos económicos. Nuestras decisiones se han basado en consideraciones técnicas y en las consecuencias sociales (hambre, desempleo, informalidad, salud mental) de una cuarentena prolongada. Además, sin algo de reactivación económica, el gobierno no tendría suficiente dinero para fortalecer las necesidades sanitarias de insumos, equipos y actividades para enfrentar eficientemente la pandemia”.
Agregó que, como a todos los que estudiaron Medicina, le molesta y duele cualquier muerte.
“Me parece temerario insinuar que estamos aflojando en ese objetivo primordial, un imperativo ético superior a todo lo demás. Dejar entrever que el presunto incremento de defunciones de esta semana, aparte de no real porque el % de letalidad y el Rt por defunciones bajaron, se debió al relajamiento de medidas es una falacia deplorable; los decesos, además, van desfasados en aproximadamente 2 semanas, por lo que esos están asociados al periodo anterior a la apertura del primer bloque”, dijo.
Manifestó estar de acuerdo con que hay que investigar la corrupción, que siempre debe ser denunciada y castigada. Sin embargo, considera que “una crisis de la magnitud de esta pandemia, nos debería encontrar a todos los panameños unidos, aportando ayudas y soluciones, no críticas destructivas y malintencionadas. Está claro que la racionalidad no es propia de nuestra especie”, manifestó el infectólogo.
Admitió que la cuarentena era la medida más eficaz ante el mortal virus, pero aclaró que no se podía mantener hasta que se encontrara la vacuna.
“Pese a lo que usted quiera creer, pensar, ofender, insultar, acusar, gritar o llorar, el nuevo virus es quien marca el camino y todos estamos a su merced porque carecemos de inmunidad; la cuarentena es la medida más efectiva y ha salvado muchas vidas donde se logró aplicar, pero no se puede prolongar hasta que haya tratamiento potente o que se desarrolle una vacuna eficaz, porque mucha gente podría morir de hambre, suicidio, violencia doméstica o cualquier otra enfermedad crónica que requiera atención oportuna”, explicó el doctor.
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Sáez Llorens dio sus recomendaciones:
"Lo único que podemos hacer, de ahora en adelante, es lograr que el virus no nos encuentre: esto se alcanza por mantenerse a más de 2 metros de quien lo porta, por usar mascarilla, por lavarse las manos y por limpiar lo que tocamos (a menos que nos lavemos las manos inmediatamente después nunca te toques la cara si estás en sitio de aglomeraciones; si no hay necesidad de salir, quédate en casa; si debes salir, cuida a los de tu casa.
Las restricciones de mitigación deben ser graduales, escalonadas y enfocadas en cortar los conglomerados (clusters), cercar los corregimientos con transmisión sostenida e identificar nuevos casos y sus contactos para testarlos/aislarlos rápidamente; la participación ciudadana, el voluntariado y las empresas privadas pueden ayudar a las autoridades a maximizar estas actividades sanitarias.
Para el doctor, la vacuna aún demorará en llegar y espera que cuando se descubra sea gratuita.
Por ahora, no hay ningún tratamiento que pueda considerarse una panacea y la vacuna anhelada (de las más de 200 en estudio) demorará todavía varios meses a 1 año, si es que alguna comprueba seguridad y beneficio en los ensayos humanos que se realizan en China, Europa y Estados Unidos.
“Espero que la vacuna a utilizar sea completamente gratuita para nuestros países latinoamericanos (en esa altruista iniciativa trabaja la OMS y las fundaciones filantrópicas”.
Reiteró que la historia natural de la enfermedad, muy consistente en todo el mundo, es que “al 85% de los enfermos les va bien con, sin y a pesar del médico; demos brebajes mágicos o nada”.
El otro 15% requiere manejo hospitalario amplio: esteroides, anticoagulantes, antiinflamatorios, oxígeno, nutrición, cuidado intensivo, ventilador y atención sanitaria personalizada con empatía/cariño; la mayoría de estos pacientes hospitalizados afortunadamente sobrevive y la cifra de letalidad varía de país a país, desde menos del 1% hasta más del 10%, debido a razones multifactoriales.
“Una buena noticia es que el superviviente de COVID parece no reinfectarse al menos a corto-mediano plazo", manifestó Sáez Llorens.